Es importante preparase para los desastres
Una experiencia luego de las inundaciones en República Dominicana
Es importante preparase para los desastres
23 enero 2024El pasado mes de noviembre un disturbio tropical resultó en la pérdida de vidas, daños en viviendas y amenazas al bienestar de las personas. Paola nos narra su experiencia luego de tres días lluvias torrenciales.
Paola describe lo que ocurrió en su casa en el Palmar de Ocoa, donde también tiene un pequeño negocio familiar durante los primeros minutos después de que el disturbio tropical provocara que el río entrara en su comunidad. «Todo, absolutamente todo se fue. El agua me llegaba hasta la cintura mientras caminaba en la carretera».
Relata que recibió una llamada de su hermana, quien le dijo: «No te asustes, no pasa nada. Es el río que se está desbordando». Su sobrino estaba en el Golfo, la zona más impactada. En su intento por rescatarlo en su pasola, Paola se encontró con la desesperación colectiva: «Vi a mucha gente por todas partes, llevando mochilas y cosas. Grité, y ellos vinieron corriendo con el niño», expresa Paola.
Llamé a mi niña y le dije que corriera porque el río se estaba desbordando. Empecé a darle instrucciones: ‘llévame a mami para arriba. Salgan, salgan todos de ahí y váyanse para arriba
Paola, beneficiaria en Plan International
Su sustento de vida, la venta de comida en la playa, quedó destruido. Paola comparte: «Fui huyendo hacia allí porque sabía que el río desembocaba en la playa y las pérdidas fueron inevitables. Perdí muchas mesas, sillas y sombrillas que teníamos en la orilla de la playa».
La vida es lo más importante
El impacto emocional se refleja en la experiencia de su madre, quien, al bajar del lugar que tomaron como refugio, llevaba días cabizbaja. Paola trató de recordarle que «lo más importante es la vida. Lo material se recupera». Aun con sus pérdidas personales, reconoce «hay gente que está peor. Por lo menos yo tengo algunas cosas. Al menos a mi niña le quedaron algunas otras. Pero hay gente que solo pudo salir con lo que llevaba puesto».
En medio de la adversidad, la unidad familiar le brinda consuelo. «Tengo un hijo de 16 años y una hija de 13, están bien porque estamos todos juntos, que es lo importante. Tenemos dos camas arriba, una para mi hermana y otra para mí. Duermo con los tres niños, y mi hermana duerme con el más pequeño de ella y mi mamá», describe Paola.
Preparase para el desastre
Paola resalta en la importancia de la preparación colectiva: «Creo que todos podríamos habernos preparado mejor. Sí, si hubiera habido más precaución, más atención, especialmente por parte de las autoridades, creo yo».
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