Anahi, adolescente resiliente en contextos de desastres naturales
A pesar que ella, su hermana, su hermano y su madre enfrentaron los efectos de los fenómenos naturales, nuevamente lograron superar y reestablecer su hogar superando los desafíos que tuvieron como la inundación de su casa por dos tormentas que azotaron el territorio guatemalteco.
Las niñas y adolescentes resilientes
Anahi, de 16 años de edad, estudia actualmente bachillerato, ayuda a sus padres en el negocio familiar; practica algunos deportes después de hacer tareas y otras actividades que tiene con su familia. “Soy la hermana mayor, tengo ese privilegio de estar a cargo en apoyar a mis padres”, enfatiza Anahi.
Su niñez, considera que fue buena, pero su adolescencia fue difícil por los tabúes que tuvo que enfrentar. Anahi comenta que todo era secreto; nadie compartía lo que les sucedía. “Mi niñez no fue perfecta y, por ser niña, pude pasar algunas cosas, en mi adolescencia, tuve muchos conflictos. Ser adolescente fue difícil por conocerme a mí misma, ya que a las niñas nos decían que no debíamos hacer eso, porque éramos niñas y no podíamos jugar ciertos deportes”.
A pesar que Anahí estaba enfrentando cambios en la adolescencia, se esforzaba por apoyar en su hogar. Recuerda que, en esa temporada, ella tenía aproximadamente 12 años, sin imaginar, que su vida cambiaría repentinamente con la llegada de las tormentas. “Todo estaba bien. Nadie pensaba que iba a suceder este fenómeno. Donde yo vivo, todo era tranquilo; no había inundaciones, nadie lo esperaba”, comentó.
Esperanza y Valentía
Después que la casa de Anahi y las demás viviendas de su comunidad se inundaran, algunas en su totalidad, tuvieron que buscar refugio. Comenta que no habían muchos albergues solo una escuela pero ya estaba llena, encontraron un espacio que solamente tenía techo, lo adecuaron para vivir pero no se sentían seguras. “Me sentía mal, vi tantas cosas, hasta siento que me traumé porque vi mi casa inundarse poco a poco. Ver cómo quedaba bajo el agua; me dolió bastante, también me dolió cuando nos fuimos a otro lugar, me sentí incómoda al llegar a otro hogar que no conocíamos, no estábamos en una casa, solo estábamos en una champita, no estaba acostumbrada.» agrega, Anahi.
Ante ese escenario, Anahi y su madre se llenaron de valentía y fortaleza para volver a empezar con el negocio familiar, comenta que empezó apoyar a su mamá junto a su pequeña hermana y hermano. Logró completar el año escolar, empezaban nuevamente con la esperanza que todo iba a estar bien. Anahi, sonríe y expresa con mucho orgullo: «Mi familia es cristiana, yo admiro a mi mamá porque ella nos dio la fortaleza y valentía, así aprendí a ser valiente, tener carácter y a no tener miedo».
Las niñas y adolescentes nos apoyamos
Anahi comenta que sus pensamientos han cambiado, se siente más segura de si misma, sabe que todo aquello que vivió en su adolescencia no se borrará de su memoria pero siente que ha superado esa etapa, pero recalca que no quisiera enfrentar ni que otras niñas se vean afectadas por desastres naturales, agrega, “Ya lo superamos y estamos agradecidos que la comunidad nuevamente se reconstruyó porque cada familia regresó”. Anahi, vocera del programa Generación con Decisión y Liderazgo.
Para Anahi, apoyar a las demás niñas y adolescentes es algo que le hace feliz, le gusta participar en las actividades que Plan International realiza en su instituto sobre Higiene Menstrual, liderazgo y participación juvenil. Actualmente participa en el Programa Generación con Decisión y Liderazgo como vocera para generar un cambio positivo en su comunidad.
«Cuando mi mamá me acompañó a la actividad de Plan, después, ella y yo tuvimos una idea, mi mamá compró un fardo de Kotex para vender en su negocio, para un día de mercado, lo ordenamos en una mesa y como hay gente que viene de la aldea y pregunta ¿cuánto cuesta el Kotex?, nosotras le respondemos que a cinco quetzales, pero dice, no tengo dinero y se van, entonces, cuando nosotras veíamos a chicas así, nosotras ya no les cobrábamos, sino que las regalamos, porque nosotras dijimos -Qué bonito lo de Plan». comentó, Anahi.
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