El Plan de Sandra
Continuar su emprendimiento y darles acceso a sus hijos a una educación de calidad.
Sandra, una joven emprendedora con esperanza en el futuro
Emprendimiento juvenil y oportunidades
Desde temprana edad, Sandra se convirtió en un pilar fundamental para su familia, aportando al sustento a través de la agricultura. En su adolescencia, enfrentó el desafío de trabajar como empleada doméstica, luchando contra las limitaciones de oportunidades que se le presentaban. Hoy, a sus 27 años, nos relata cómo forjó su propio camino hacia el éxito.
“Tenía que caminar hasta la otra comunidad para estudiar. Al finalizar la jornada y llegar a casa, debía ayudar a mi mamá en las tareas del hogar”.
Sandra, participante del proyecto Jóvenes con Esperanza en el Futuro
Sandra luchó contra la desigualdad en la educación
Desde niña, recorría su comunidad para llegar a la escuela primaria; sin embargo, como es común en la mayoría de comunidades rurales en Guatemala, al finalizar la educación primaria, las niñas, regularmente abandonan la escuela. Sandra, no fue la excepción, ya que en su comunidad no existía un centro educativo para que continuara con su educación secundaria. Para su fortuna, dos años después, en una comunidad vecina, se inauguró el Instituto de Educación Básica. Ahí pudo retomar sus estudios hasta terminar el noveno grado.
Sandra mantuvo firme su sueño de graduarse de diversificado. Desafortunadamente, cuando llegó el momento de iniciar una carrera, sus padres no tenían recursos económicos para apoyarla. Pues su familia se dedicaba a la agricultura, principalmente a la producción de granos básicos para lograr el sustento diario. Ella decidió trasladarse hacia la cabecera departamental para trabajar como empleada doméstica. A pesar de ser menor de edad y con lo poco que ganaba decidió pagar sus estudios. “En la casa donde trabajaba, me daban permiso para estudiar los fines de semana, hasta que, con mucha alegría y muchos esfuerzos, me gradué de Perito en Administración Pública”, expresa Sandra, con mucha satisfacción y alegría.
Generamos oportunidades para el emprendimiento de Sandra
La falta de acceso a la educación, pobreza, exclusión y falta de ofertas de empleo dentro de su comunidad la obligaron a migrar y afrontar otras dificultades, pero estas barreras no le impidieron alcanzar sus sueños, esto le posibilitó desarrollarse a pesar de haber tenido que trabajar desde pequeña en los quehaceres domésticos y en la agricultura. Sandra recuerda: “En 2018, el personal de Plan International visitó el Instituto donde estudiaba mi hermana menor, para invitarles a participar en capacitaciones sobre emprendimiento, pero muchos no se interesaron, por lo que invitaron a otros jóvenes y entre ellos, estaba yo. Asistimos a varias sesiones, organizamos nuestro club y elaboramos nuestro plan para iniciar un proyecto para producir huevos en nuestra comunidad”, comenta Sandra.
Sandra, lideró el emprendimiento que inició junto a tres jóvenes más, la propuesta de negocio de “gallinas ponedoras” fue una de las ganadoras en el programa, esto les permitió recibir capacitaciones para generar habilidades blandas y del cuidado, manejo y administración de aves, además, capital semilla para la construcción de galpones, botiquines pecuarios, bebederos, concentrado y aves. «Al principio, eran 300 gallinas ponedoras, por lo que era importante buscar mercado para el producto y, sobre todo, ganar la confianza de los clientes, que hasta hoy en día conservamos”, comenta Sandra.
Pese a la crisis por Covid-19, el proyecto sigue siendo exitoso por la determinación, convicción y responsabilidad del equipo que coordina Sandra. Esto les permitió vincular el negocio a la segunda fase del proyecto Jóvenes con Esperanza en el Futuro, que amplía capacitaciones a miembros de 30 unidades de negocios, les brinda asistencia técnica, capital para reinversión y reactivación de los mismos.
Fotografía: Eviter Luna
© Plan International Guatemala
Ser emprendedora: El Plan de vida de Sandra
Sandra y ocho jóvenes emprendedores se capacitaron para iniciar su emprendimiento que formalmente inscribieron ante la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), lo cual les permitió emitir facturas contables. “Fue muy bonito recibir el emprendimiento junto a los otros jóvenes. Ahora, las familias ya no tendrían que viajar a otras comunidades para comprar huevos frescos, pues ya se producen en nuestra comunidad y a mejor precio”, manifiesta Sandra con mucha emoción, al recordar el inicio del proyecto.
Sandra, aconseja a otros jóvenes que aprovechen las oportunidades para capacitarse, porque les ayudará para su crecimiento personal. En el 2021, Sandra fue elegida para una beca en el curso de Administración de Pequeñas Empresas, certificado por el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad –INTECAP-. “Estoy muy agradecida por formar parte de este proyecto, pues me ha dado la oportunidad de alcanzar el sueño de convertirme en emprendedora”. “Agradezco el apoyo que nos brinda Plan International, pues nunca nos ha dejado solos, siempre nos han respaldado”, finaliza Sandra.
Actualmente, Sandra tiene 27 años, está casada y es madre. Continúa al frente del negocio; su esposo y los familiares de los miembros del grupo siguen activos. La red de apoyo mantiene integrado al grupo, pues les brinda orientación para enfrentar nuevas situaciones y mantenerse a flote pese a las dificultades que algunas veces se presentan.
Categorias: Empoderamiento juvenil, Habilidades para el empleo