Rompiendo barreras generacionales sobre higiene menstrual

Una niña de 12 años que se ha fortalecido con información sobre cómo gestionar su menstruación para transformar la realidad de las niñas de su comunidad.

En comunidades donde hablar de menstruación sigue siendo un tema silenciado, Raquel alza la voz para cambiar la historia. A través de su liderazgo y compromiso, está transformando la manera en que niñas, niños y personas adultas perciben la salud menstrual. Conoce cómo esta joven guatemalteca está desafiando estigmas y generando conversaciones que abren paso a una educación más inclusiva y libre de prejuicios.

Transformó su realidad con información

Raquel, de 12 años, sabía exactamente qué hacer cuando tuvo su menstruación por primera vez. Tenía lista su toalla sanitaria, conocía cómo colocarla, cuánto tiempo usarla y cómo desecharla. “Yo no tenía miedo, ni vergüenza”, dice con seguridad.

También sabía cómo mantener su higiene: lavarse las manos antes y después, cambiarse según el flujo, usar ropa limpia y tirar los productos usados en un bote con tapadera. “La menstruación no es una enfermedad, sino algo natural del cuerpo de la mujer”. Raquel, 12, participante del proyecto de higiene menstrual

La menstruación no es una enfermedad, sino algo natural del cuerpo de la mujer”.

Raquel, 12, participante del proyecto de higiene menstrual

Para Raquel, gestionar su periodo con tranquilidad fue posible porque recibió información clara y útil. Participó en los talleres impartidos por Plan International sobre la gestión de la higiene menstrual, donde aprendió no solo para sí misma, sino también para compartir con otras niñas y su familia.

Un “secreto” generacional

En su casa, nunca se había hablado del tema, porque el “secreto” venía de antes. Su mamá, Lidia, 34, recuerda que tampoco tuvo orientación. “Nunca me hablaron sobre la menstruación, ni mi papá, ni mi mamá”, cuenta. La primera vez que tuvo su periodo, sintió miedo. Le habían dicho que era algo de lo que no debía hablarse.

“Antes no se conversaba de eso en la casa… decían que daba vergüenza”. Sin embargo, cuando Raquel le contó lo que había aprendido, Lidia se sintió aliviada: “Me puse bien feliz porque ella ya sabía lo que iba a pasar”.

También Erlinda, 65, la abuela de Raquel, enfrentó su primera menstruación sin saber nada. “Me asusté mucho, qué será lo que me está pasando. Fui al río y tiré mi ropa interior”. La falta de información les generó miedo y dudas, como a muchas mujeres de su generación.

“Me asusté mucho, qué será lo que me está pasando. Fui al río y tiré mi ropa interior”

Erlinda, 65, abuela de Raquel
Raquel junto a su mamá y su abuela, posando las tres frente a la cámara.
Erlinda, Lidia y Raquel representan tres generaciones que hoy conversan abiertamente sobre la menstruación y el cuidado del cuerpo.

La información cambia realidades

Raquel decidió no guardar lo aprendido. Cuando regresó con su kit de higiene menstrual, le enseñó a su mamá, papá y abuela cómo se usaban los productos, para qué servía cada cosa, y por qué no era algo malo.

Raquel comenta con alegría que su familia se alegró de su empoderamiento: “Ellos se alegraron mucho y se pusieron orgullosos de mí”.

Pedro, 40, su papá, reconoció que nunca nadie le explicó cómo viven las mujeres ese proceso. “Tengo que actuar. Tengo que ir a comprarle su toallita”, afirmó. Lidia, por su parte, aprovechó para compartir sus consejos como madre.

“Tengo que actuar. Tengo que ir a comprarle su toallita”

Pedro, 40, papá de Raquel

Lidia explica que las mujeres tienen valor, que viven un proceso diferente al de los hombres, explica que ellos no viven estos cambios, y que por eso es importante que también aprendan a entenderlos para apoyar.

Raquel posa con su mamá y su papá, los tres de pie frente a la cámara.
aquel junto a sus padres, Lidia y Pedro, quienes hoy la acompañan con información y confianza.

Raquel no solo se sintió acompañada, también quiere acompañar. Su sueño es cantar y ayudar a otras niñas al compartir su conocimiento para que ellas gestionen su menstruación con la misma seguridad y confianza que ella.

“Yo les diría (a otras niñas) que no es nada malo, porque siempre el cuerpo cambia”.

Raquel, 12, participante del proyecto de higiene menstrual

Raquel sabe que hay quienes siguen sin recibir información, sin saber cómo actuar. Por eso comparte, porque para ella, informar también es cuidar. Ella rompió las barreras sobre la gestión de su menstruación.

Conoce más sobre la historia de Raquel…

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