Kimberly, entre libros, esfuerzo y sueños
Su historia refleja cómo el acceso a la educación puede transformar caminos cuando se sostiene con decisión y apoyo familiar.
En una comunidad rural donde muchas niñas dejan de estudiar por falta de transporte o recursos, Kimberly encontró en la modalidad extraescolar una oportunidad para seguir aprendiendo cerca de casa.
Habilidades que abren camino
Kimberly es una niña K’iche’ de 13 años y vive en una comunidad del departamento de Quiché, Guatemala. Este año empezó a estudiar el nivel básico, gracias a una modalidad flexible que llegó a su comunidad.
Hasta entonces, como muchas niñas, pensaba que ya no podría seguir estudiando después de terminar la primaria. “Aquí no hay escuela básica, aquí solo hay escuela para primaria. Si me voy al pueblo, no hay transporte, y voy caminando y es peligroso”, cuenta.
“Aquí no hay escuela básica, aquí solo hay escuela para primaria. Si me voy al pueblo, no hay transporte, y voy caminando y es peligroso”.
Kimberly, 13, participante del programa extraescolar con el apoyo de Plan International y el gobierno japonés.
El centro de estudios más cercano queda a más de una hora y media a pie. Por eso, muchas niñas y niños abandonan sus estudios al terminar sexto primaria.
En su caso, la posibilidad de continuar con sus estudios llegó cuando Plan International Guatemala y Plan International Japón por medio del apoyo Asistencia Financiera No-Reembolsable para Proyectos de ONGs japonesas del gobierno japonés, en alianza con la Dirección General de Educación Extraescolar (DIGEEX), se implementó una alternativa adaptada a las condiciones locales.
Educación que se adapta a la comunidad
Mynor Morales, parte del equipo técnico de Plan International, explica que se trata de una modalidad flexible: “Estudian una vez a la semana en espacios comunitarios… Plan apoya con materiales y un docente”.
Esta estrategia permite que niñas, niños, adolescentes y personas jóvenes mayores de edad puedan continuar sus estudios, sin importar su edad ni la distancia. “Se fortalecen habilidades clave como lectura y matemáticas, lo que mejora su comprensión y su pensamiento crítico”, agrega Mynor.
En comunidades como la de Kimberly, esa flexibilidad lo cambia todo.

“Se fortalecen habilidades clave como lectura y matemáticas, lo que mejora su comprensión y su pensamiento crítico”.
Mynor Morales, técnico en educación del proyecto de primaria apoyado por Plan International y el gobierno de Japón.
El apoyo de su familia hizo la diferencia
Cuando se enteraron de la noticia, Kimberly habló con su mamá y su papá. Les dijo que quería inscribirse. Aunque no tenía útiles escolares, sus padres la apoyaron desde el primer momento. “No llevaba nada… después llegó el profe y me dijo: te doy este cuaderno, te doy tu libro”, recuerda.
Le entregaron un libro con todas las materias, cuadernos, lápices y lapiceros. Era la primera vez que contaba con materiales escolares completos. “Ahora tengo lápices, lapicero, y un libro grande con cinco o seis materias adentro”, dice.
Su mamá, María, también la apoyó para seguir estudiando. Ella solo estudió un año y sus hijas mayores no pasaron de sexto primaria. Para ella, esta oportunidad es única. “Mis otras hijas solo llegaron hasta sexto primaria… Yo siempre le recuerdo (a Kimberly) que el valor del estudio es muy importante porque cuando ella sea grande, siempre va a tener esta herencia”, comenta.

“Mis otras hijas solo llegaron hasta sexto primaria… Yo siempre le recuerdo (a Kimberly) que el valor del estudio es muy importante porque cuando ella sea grande, siempre va a tener esta herencia”.
María, mamá de Kimberly.
La educación extraescolar tiene impacto comunitario
Además de Kimberly, otros jóvenes son beneficiados con la modalidad escolar flexible. Lidia, otra adolescente de la comunidad, también se sumó. “Esta modalidad nos permite retomar nuestros estudios, trabajar y ayudar a nuestra casa”, dice. Ella sueña con ser diseñadora de ropa y ve esta oportunidad como un paso clave para lograrlo.
Luis, de 16 años, tiene claro su objetivo también: “Yo sigo estudiando porque quiero cumplir mi sueño de ser maestro”.
Y Luisa, una madre joven que retomó sus estudios después de doce años, comparte una razón poderosa: “Quiero graduarme y enseñarle a mis hijas… cuando ellas van a la escuela no les enseñan todo, entonces yo poder enseñarles un poco mientras yo estoy estudiando”.

En todos los casos, esta modalidad se convierte en una herramienta real para que las personas jóvenes puedan avanzar, sin tener que abandonar su comunidad ni dejar de apoyar en sus hogares.
Le gusta aprender
Kimberly disfruta estudiar. Le gustan todas las materias, pero hay una que la entusiasma especialmente, y es la matemática. “A mí me gusta la matemática y quiero mejorar más… me gusta dividir, multiplicar, sumar o restar”, dice.
Una de sus metas es ayudar a sus padres. Sueña con tener un empleo donde pueda aportar económicamente. “Quiero mejorar mi vida estudiando… quiero ayudar a mis padres”, repite con convicción.

“A mí me gusta la matemática y quiero mejorar más… me gusta dividir, multiplicar, sumar o restar”.
Kimberly, 13, participante del programa extraescolar con el apoyo de Plan International y el gobierno japonés.
Quiere que más niñas estudien
Kimberly reconoce que muchas niñas enfrentan lo mismo que ella: distancia, falta de transporte y falta de apoyo. Por eso espera que esta oportunidad llegue a más lugares. “Yo quiero que las niñas y niños sigan estudiando… van a poder llegar lejos a (con) sus estudios… y cumplir sus sueños”.
Su mamá también lo espera. Lo dice con claridad: “Deseo que más niñas y niños tengan la oportunidad de estudiar, ya que somos muchas familias que no tenemos la condición económica”.

Una historia que refleja muchas
La historia de Kimberly refleja lo que viven miles de adolescentes que, a pesar de las barreras, quieren seguir estudiando. También, ha demostrado que, con acceso a oportunidades, las y los jóvenes desarrollan habilidades que transforman su futuro. Por ello, es tan importante acercar la educación a las comunidades.
“Yo quiero que las niñas y niños sigan estudiando… van a poder llegar lejos a (con) sus estudios… y cumplir sus sueños”.
Kimberly, 13, participante del programa extraescolar con el apoyo de Plan International y el gobierno japonés.
Conoce más sobre la historia de Kimberly…