Una voz que inspira y transforma realidades
Katerin tiene 15 años y vive en San Salvador Sur con su mamá, su papá y su hermanito de cinco meses. Entre responsabilidades familiares y estudios, cursa noveno grado y se prepara cada día para acercarse al futuro que imagina reflejando que la voz de las niñas abre caminos hacia un presente y futuro con oportunidades.

Ella es una adolescente determinada y con metas claras. A sus quince años, sabe lo que quiere para su vida: convertirse en abogada penalista. Esta decisión no viene de su familia, sino de una motivación personal. “Me gustaría defender los derechos de las personas… Lo que me motivó fue ciertos casos que vi fuera de mi hogar y que me hicieron pensar que fue una injusticia”.
«Ahora no tengo tanto miedo de pasar a exponer enfrente de mis compañeros, me ha ayudado mucho en eso también en hacer valer mis opiniones, de qué se me respete y siempre poner en alto lo que yo soy».
Katerin
Retos de su día a día
Por este mismo deseo que tiene de convertirse en abogada, para Katerin, no son ajenos los retos que pueden llegar a enfrentar muchas niñas y adolescentes. Desde que no se les tome en cuenta su opinión, ser discriminadas, hasta sufrir acoso callejero o cualquier tipo de violencia. Para ella, es importante poder hablar de estos temas que les afectan no solo en la comunidad sino muchas veces se da en la escuela o incluso en la familia. A estas realidades se suma la dificultad para desplazarse desde su casa. Katerin vive en una zona muy alta con calles inclinadas y de tierra, donde cada trayecto requiere cuidado, especialmente cuando llueve ya que el camino se vuelve peligroso por lo lodoso que puede llegar a estar. “En las épocas de lluvia, muchas veces evitamos salir porque se pone muy feo para bajar, se hunde todo”, comparte.
Parte de su rutina diaria es que antes de ir a la escuela por la tarde, ayuda en su hogar con la limpieza y al mediodía se dirige al puesto en el mercado que tiene su mamá, apoyándola con las ventas y cuidando a su hermanito. Cada recorrido es un desafío, pero Katerin no se detiene: organiza su tiempo y busca la manera de cumplir con sus responsabilidades y asistir siempre a clases.

«En las épocas de lluvia, muchas veces evitamos salir porque se pone muy feo para bajar».
Katerin
Fortalecer la voz de las niñas
Estas barreras la motivan a superarse y aprender más cada día; por eso, decidió participar en las “Escuelas de Verano”, una iniciativa desarrollada por Plan International donde, a través de talleres lúdicos, adolescentes y jóvenes comparten en entornos comunitarios para fortalecer sus conocimientos priorizando el desarrollo de su liderazgo, su bienestar y autocuidado.
En estas escuelas de verano ha aprendido sobre higiene menstrual, plan de vida y cómo actuar ante cualquier tipo de violencias, se impulsa el diálogo y la convivencia entre adolescentes, promoción de hábitos saludables y fomento de la actividad física. “Me ha enseñado mucho a desarrollar mi liderazgo porque ahora no tengo tanto miedo de pasar a exponer enfrente de mis compañeros, me ha ayudado mucho en eso también en hacer valer mis opiniones de qué se me respete y siempre poner en alto lo que yo soy”, afirma ella.

Estos aprendizajes no se quedan solo en ella. Katerin comparte lo que sabe con otras niñas, derribando mitos que giran en torno a la menstruación y animándolas a no creer en tabúes. “Les explico que no deben creer en prohibiciones que no son higiénicas y que pueden hablar del tema con libertad”, comenta.
Gracias a estas iniciativas, Katerin ha perdido el miedo a hablar de temas que antes le causaban pena y ahora se siente capaz de aconsejar y acompañar a otras adolescentes. “Antes me daba un poco de pena hablar sobre la higiene menstrual, ya que era un tema que a veces nos hacían burla por hablar en voz alta, pero desde que fui ahí he aprendido muchas cosas, que puedo decirlo con toda libertad, ya que es algo normal”.
El propósito en su proyecto de vida
En la escuela de verano, Katerin también aprendió a construir su proyecto de vida, una herramienta que le ha permitido organizar sus metas y visualizar el futuro que desea. Día a día dedica tiempo a planificar lo que quiere lograr, convencida de que tener un plan claro es el primer paso para alcanzar sus sueños como el de ella de convertirse en abogada.
“Quisiera decirles a las niñas que se atrevan a participar en estos espacios porque podemos descubrir mucho al alzar nuestra voz y aprender a hacer realidad nuestras opiniones y quitarnos ese miedo que tenemos a veces”, Katerin.
El liderazgo de las niñas es clave para cambiar realidades. Cuando una niña encuentra su voz, transforma su vida y la de su comunidad. Apoyemos a que más niñas y adolescentes tengan acceso a oportunidades para aprender, liderar y crecer en entornos seguros.
Categorias: Empoderamiento juvenil
