Cuando la infancia se ve interrumpida por Uniones Tempranas
Selena es una adolescente del departamento de San Salvador que vive con su mamá, su padrastro y su hermano menor. A los 14 años inició una relación con una persona adulta, siete años mayor que ella, una experiencia que marcó su vida y cambió su camino.
Selena, de 17 años, compartiendo su experiencia de Unión Temprana. © Plan International
Uniones tempranas: una realidad que persiste
Este año, el informe global de Plan International, el Estado Mundial de las Niñas, se centra en los testimonios de 251 niñas y mujeres jóvenes de 15 países, incluyendo de Latinoamérica a Ecuador, Colombia, República Dominicana y Guatemala abordando el tema del matrimonio infantil y las uniones tempranas. Este informe revela que, según las niñas encuestadas: “Siete de cada diez niñas están casadas o en una unión”.
“Al tener a la niña yo tenía 14 y él 22”.
Selena.
En agosto de 2017, con la reforma al Código de Familia, en El Salvador fue aprobado por la Asamblea Legislativa, prohibir el matrimonio infantil, sin embargo, las uniones tempranas y forzadas se siguen dando mayormente en las zonas rurales del país.
Cuando la niñez se convierte en maternidad
“Siento que me hizo falta más tiempo… uno de niña no tiene que salir embarazada”.
Selena.
En una reunión donde ella jugaba futbol, Selena conoció a quien fue su pareja. “Nos hicimos novios y a los meses quedé embarazada”. Según cifras del Censo de Población y Vivienda 2024, el 72.1% de madres entre las edades de 15–19 años poseen experiencia de unión conyugal (es decir, están casadas o acompañadas en el presente o lo estuvieron en el pasado). Mapa de Embarazos en Niñas y Adolescentes, UNFPA, 2025.
Selena tenía 14 años cuando supo que estaba embarazada, “siento que me hizo falta más tiempo… uno de niña no tiene que salir embarazada”. Su rutina dio un giro de ciento ochenta grados, sobre todo para retomar sus estudios. Cuando su hija estaba recién nacida, séptimo y octavo grado tuvo que cursarlos por la noche, mientras su mamá le ayudaba a cuidar a la niña.
Actualmente Selena está en noveno grado, sin embargo, en ocasiones le es complicado poder asistir a su escuela, “me ha costado recuperar mis estudios, a veces no tengo con quién dejar a la niña y tengo que dejar de ir a clases”. Pero sigue adelante porque en el aula de clases ella se siente tratada como una niña más: “Mis compañeros me tratan por igual y mi maestra también; ahí soy yo una niña y fuera de la escuela ya soy mamá”.

Efectos de las uniones tempranas
Donde vive Selena, existen más casos de uniones tempranas. Las razones son diversas: pobreza, entornos marcados por violencia o abandono. Según comentarios locales, esta práctica se ha naturalizado en familias y comunidades.
Las consecuencias son profundas: se les asignan únicamente roles de cuidado, se limita su voz, se aíslan de sus redes de apoyo y, con frecuencia —como en el caso de Selena— enfrentan embarazos adolescentes y la interrupción de sus estudios. Todo esto perpetúa un ciclo de violencia que afecta su presente y su futuro.
“La vida no se acaba y un niño no es ningún error, pero para todo hay tiempo para que disfruten y puedan superarse”, Selena.
Protección y espacios seguros
La historia de Selena refleja lo que muchas niñas enfrentan: relaciones que les limitan oportunidades: “Al tener a la niña yo tenía 14 y él 22”, recuerda. En El Salvador, el Código Penal establece que tener relaciones sexuales con una persona menor de 15 años constituye un delito grave. Hoy conoce que esas diferencias de edad no son seguras y que las leyes buscan garantizar que cada niña pueda vivir su infancia y construya su proyecto de vida.
La mamá de Selena reconoce el esfuerzo y sacrificio que ha enfrentado su hija: “Es un doble esfuerzo el que ahora ella hace… antes solo era el estudio y las tareas de la casa; hoy es estudio y atender a su hija”. Muchas niñas que entran en matrimonio o en una unión temprana abandonan la escuela y quedan fuera de oportunidades educativas y laborales, lo que limita su autonomía y su futuro. Además de trabajar por prevenir estas prácticas, también es necesario invertir en servicios accesibles para quienes ya están en esta situación, garantizando apoyo psicosocial, reinserción escolar y espacios seguros donde puedan reconstruir su proyecto de vida.

Invertir en oportunidades para niñas y adolescentes
Selena ha podido participar en proyectos de Plan International que han significado mucho para ella. “He participado en reuniones donde vemos temas diferentes, los que más recuerdo es la red de apoyo y los talleres socioemocionales. Siento que me ha ayudado a hablar y socializar con otras personas”.
Su historia es reflejo de una realidad que viven muchas niñas y cómo las relaciones de niñas con personas adultas pueden cambiar sus vidas. Sin embargo, Selena también demuestra que, con apoyo es posible retomar el control de su vida y poco a poco reconstruir sus sueños.
“Yo me he visto triunfar siendo abogada y logrando todo lo que deseo”, Selena.
*Los nombres y las ubicaciones han sido modificados para resguardar la identidad de sus protagonistas.
Categorias: Campañas, Protección contra la violencia
