Merary es una joven emprendedora, madre soltera de 20 años, con una hija de 6 años. A pesar de las dificultades, ha logrado combinar su rol de madre, estudiante y emprendedora. «Soy madre soltera, tengo una niña de 6 años, actualmente estoy estudiando, y quiero sacar la licenciatura en educación comercial», nos comparte. 

Merary ha tenido que aprender a manejar múltiples responsabilidades, incluidas sus clases en la universidad pedagógica, que cursa de manera nocturna. «Esta carrera la voy a estudiar pues a distancia y también es como jornada nocturno el año pasado y los anteriores años». Además de sus estudios, ha tomado la valiente decisión de emprender en el mundo de la manicura. « Actualmente, pues estoy emprendiendo con lo de ser manicuristas... Llevo un año y medio», asegura con orgullo. 

Un Comienzo Difícil pero Prometedor 

Su emprendimiento comenzó en un momento de necesidad. «Todo empezó con eso de que estaba estudiando y pues yo necesitaba como ingresos, entonces ya no podía, yo, cubrir mi gasto ni lo de mi niña, entonces dije, yo voy a aprender en este tiempo que tengo libre algo que me sea útil y que me dé ingreso «, relata. Para poder comenzar su camino en la manicura, su papá la apoyó en el proceso de matrícula y la compra del primer kit. » Mi papá me ayudó con una matrícula, y luego pues me ayudó con el primer kit porque tenía que entrar y también tener mi propio kit para hacer las prácticas», explica. A lo largo de dos meses de aprendizaje, Merary se sumergió en el mundo de la belleza, tomando un curso gratuito ofrecido por la alcaldía. 

Luego decidió enfocarse en la manicura, ya que es un área que siempre le ha interesado. Desde el inicio, ofreció sus servicios a domicilio, cubriendo diferentes áreas de Santa Bárbara. «Comencé a emprender y todo mi servicio lo comencé dando a domicilio», menciona. 

Un nuevo camino con Oportunidades 

Un hito clave en su camino fue su participación en el programa «Generación con Oportunidades», que le brindó valiosas herramientas y conocimientos sobre cómo administrar su negocio. «Lo que siempre me ha motivado es mi hija, porque sé que, al recibir nuevos conocimientos, me ayuda a mí y también a ella», comparte Merary. Tras completar el programa de formación, Merary fue una de las afortunadas en recibir el capital semilla. «Me lo gané», expresa emocionada. 

El capital semilla, que le permitió adquirir los productos necesarios para mejorar su servicio, fue un factor decisivo en su emprendimiento, además aprendió a diversificar su negocio para atraer a más clientas, «Ahora ya tengo pedicura y también nuevas clientas gracias al trabajo que hago y las recomendaciones», menciona.

Un Reto de Equilibrio y Perseverancia 

Merary también enfrentó desafíos personales. «Mi mayor reto fue estudiar, trabajar y sacar a mi hija», relata. Cada día, se las arreglaba para llevar a su hija al kínder, estudiar en la jornada nocturna y, por supuesto, atender a sus clientas. «Estudiaba de lunes a viernes, de 5:00 p.m. a 10:00 p.m.», comenta. A pesar de todo, su motivación ha sido siempre su hija. 

Mirando hacia el Futuro 

Merary tiene una visión clara para su futuro. En los próximos cinco años, se imagina con un negocio establecido. «Me lo imagino ya tenerlo, un negocio donde pueda atender a las personas», dice con optimismo. También tiene planes de ampliar su negocio y capacitar a otras personas en el área de manicura. «Capacitar a personas es algo que siempre me ha gustado», asegura. 

Finalmente, comparte un consejo para otras mujeres que desean emprender, pero aún no se atreven a dar el paso. «Que nunca se arrepientan de lo que hagan. Al principio le da miedo, pero siempre se sale adelante», concluye con una sonrisa. 

Con su dedicación y perseverancia, se ha convertido en un claro ejemplo de superación. Su historia nos muestra que, a pesar de las dificultades, siempre es posible alcanzar nuestras metas cuando hay una razón fuerte que nos impulsa: en su caso, su hija y su sueño de emprender un negocio exitoso. 

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