
Dalma, madre de seis hijos, enfrentó las duras consecuencias de la Tormenta Sara en Honduras en noviembre de 2024. Su hogar en Choluteca quedó bajo el agua por las fuertes lluvias. La tormenta afectó también a 67 familias de su comunidad.
El Sistema de Gestión de Riesgo declaró Estado de Emergencia Nacional debido a los devastadores efectos de la Tormenta Sara en Honduras. Esta emergencia dejó profundas secuelas en el país, con más de 247,010 personas afectadas, más de 8,900 personas albergadas en refugios y cerca de 4,600 viviendas dañadas, de las cuales 427 fueron totalmente destruidas.
«Todo se llenó de agua»: La devastación en su hogar
La casa de Dalma, que se encuentra en una zona baja de la comunidad, fue completamente inundada. «El agua pasa por la casa, entonces nos llenamos completamente. Fue una llena que hasta la casa se llenó adentro», recuerda Dalma, quien perdió casi todas sus pertenencias debido a la inundación. Las camas, la ropa de los niños y muchos objetos familiares fueron arruinados por el agua.
A pesar de la pérdida material, lo más doloroso para Dalma fue la incertidumbre en cuanto a los recursos básicos para su familia. «Lo más difícil fue el acceso a los alimentos, pues para todo era difícil, los niños lloraban. Todo era un caos», comparte Dalma, que con su esposo y los seis niños tuvieron que buscar refugio en casas de familiares y amigos debido a la falta de albergues en la comunidad.
La pérdida de su sustento
«Nosotros vivimos de la pesca, pero después del huracán ni pescado hubo», explica Dalma, quien también realiza trabajos de lavandería. La escasez de recursos ha obligado a Dalma a luchar aún más para garantizar el bienestar de sus hijos.
La educación también se vio afectada por la Tormenta Sara
Otro desafío importante para Dalma ha sido la interrupción de la educación de sus hijos. La escuela en la comunidad estuvo cerrada durante dos semanas debido a las inundaciones. «Tengo una niña que le cuesta aprender», comenta Dalma, y eso complicó aún más su educación, mostrando la preocupación por el impacto de la tormenta en el futuro educativo de sus hijos.
A pesar de las dificultades, Dalma no pierde la esperanza. «Estamos siguiendo adelante, o tratando de seguir otra vez adelante», afirma con determinación. La resiliencia de Dalma y su familia se ha visto puesta a prueba, pero siguen luchando por salir adelante, esperando que las autoridades y organizaciones continúen brindando apoyo a las familias damnificadas.
La historia de Dalma es muestra de la resiliencia de las familias. Así como ella, decenas de personas recibieron apoyo de Plan International con tarjetas multipropósito para adquirir implementos de primera necesidad.
En el Día de la Acción Humanitaria, que se conmemora cada 19 de agosto, reafirmamos nuestro compromiso de apoyar a las comunidades que más lo necesitan en momentos de emergencia.