“Tres meses viajando y para que te vayan a devolver, no es justo”  

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En la frontera entre México y Estados Unidos, la joven pareja venezolana formada por Lucas* y Delia* y su hijo de siete meses esperan entrar en Estados Unidos. Tomaron la decisión de abandonar su país debido a la difícil situación económica, la inflación, la corrupción y la falta de oportunidades. Lucas cuenta que cruzar el peligroso Paso del Darién, una densa selva que separa Colombia de Panamá, fue una experiencia horrible.

Muchas familias deciden migrar en búsqueda de un mejor futuro para ellos y sus hijos, como lo hicieron Lucas y Delia (nombres ficticios por seguridad), una pareja venezolana con su bebé de 7 meses. Ellos se vieron forzados a abandonar su país natal debido a la difícil situación económica, la inflación, la corrupción gubernamental y la falta de oportunidades. 

Lucas, con 24 años, comenzó su viaje a Ecuador hace cinco años en busca de una mejor vida. Encontró empleo en un restaurante en Ecuador y empezó a establecerse en el país. Por su parte, Delia, de 18 años, comenzó su viaje a Ecuador hace dos años, emigrando con su madre en busca de oportunidades. En Ecuador, ambos se conocieron y juntos decidieron buscar una vida mejor en los Estados Unidos. Delia menciona que migran “para un mejor futuro para mi bebé y que no pase tanto sufrimiento como hemos pasado nosotros”. 

Travesía Migratoria 

El viaje de Lucas y Delia implicó atravesar el peligroso Darién, una densa selva que separa Colombia de Panamá. En ese momento, estaban acompañados por el hermano de Delia y su hijo. “Nuestra experiencia fue horrible porque no sabíamos cuando iba a acabar. Usted camine y camine, y para nosotros fue difícil porque el primer día que entramos a la selva ya se nos acabó la comida. Nosotros decíamos que nos íbamos a morir en plena selva porque ya no teníamos agua, no teníamos comida, hasta que llegamos al campamento, pero no tanto por uno, sino por los niños”, menciona Lucas. 

La pareja cruzó la frontera entre México y Guatemala en Tapachula y optaron por usar balsas para cruzar el río Suchiate. Sin embargo, no tenían información suficiente sobre lo que implicaba cruzar México, lo que resultó en dificultades adicionales en su viaje. 

«México, se convirtió en más de lo mismo, las mismas autoridades te bajan, te esconden en el bus para que no te vean los demás y te empiezan a registrar, te quitan todo lo que llevas, si no le das plata te bajan y no les importan los niños, te bajan y te hacen caminar de un pueblo a otro y eso es un día caminando. Con los niños no tienen compasión y si no les dan lo que quieran, te montan en el bus y te devuelven. Imagínese tres meses viajando y para que te vayan a devolver, no es justo y son las mismas autoridades”, comenta Lucas. 

Al igual que miles de migrantes, Lucas y Delia tuvieron que abordar «La Bestia», los peligrosos trenes en México que les permiten atravesar el país. 

“Sí, eran como las 9 de la noche cuando nos bajaron del tren los de migración. Que bajen, que no le vamos a hacer nada y nos empezaron a corretear al maizal. Salimos como a las 3 de la mañana de los maizales. Como estaban rondando los de migración, tuvimos que esperar hasta el otro día para podernos montar en el otro tren. Duramos cinco noches y cuatro días en el tren, pasando sol, sed, de todo, hambre, porque duramos un día y medio sin comer nada y sin beber agua. Estábamos deshidratados prácticamente cuando llegamos y eso es muy difícil”, comenta Delia. 

En busca de una vida digna 

Lucas y Delia piden a los gobiernos que no dificulten tanto su viaje, ya que desean llegar a su destino en busca de una vida y un futuro mejores para su bebé. “Queremos trabajar para darle el mejor futuro a él, para que él pueda estudiar, para que sea un profesional y que no pase lo que pasamos nosotros”, menciona Lucas. 

En Plan International, apoyamos a las familias migrantes brindándoles asistencia humanitaria. Queremos que las personas migrantes puedan tener viajes seguros e informados, que sus derechos sean respetados y que no se vean violentados en el camino. Para lograrlo, ofrecemos información sobre los servicios a los que pueden acceder para facilitar su viaje, realizamos talleres para que conozcan sus derechos y proporcionamos tarjetas que les permiten acceder a recursos esenciales. 

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