De recolectora de desperdicios a emprendedora, combatiendo la pobreza a través del reciclaje

Se estima que recién para el año 2154 la brecha de género podría cerrarse. Las niñas y mujeres no pueden esperar tanto. Por eso Maura, una joven madre de 28 años que trabaja por las noches como recicladora y de día como decoradora, está luchando incansablemente para acelerar el reloj y no esperar 131 años para alcanzar la igualdad de género.

Emprendedora del rubro de decoración
Vertedero Cateura, Bañado Sur, Asunción © Plan International Paraguay / Lantern

Maura trabaja por las noches como ganchera en el vertedero Cateura. En Paraguay se les conoce de esta manera a las personas que se dedican a buscar y separar materiales reciclables entre los desechos, como botellas de plástico, latas de aluminio y papel, para luego venderlos a empresas que los reutilizan. 

Se estima que en el vertedero donde Maura recolecta materiales, hay alrededor de 600 personas que se dedican a esto, la mayoría son mujeres. Estas personas a menudo trabajan en condiciones precarias, rodeados de basura y expuestas a enfermedades e insectos. “La última cosa que querés es ver a tu hijo debajo del sol (trabajando como recolector de residuos)…por eso el esfuerzo que estamos haciendo ahora, para que ellos no pasen todo lo que estamos pasando” dice Maura.

A pesar de la importancia de su trabajo para reducir los residuos que terminan en los vertederos, las personas recicladoras a menudo son marginadas y estigmatizadas por la sociedad, que los ve como personas de bajos recursos y poca educación. “Hay pocas oportunidades para los jóvenes en el país” asegura.

“La última cosa que querés es ver a tu hijo debajo del sol (trabajando como recolector de residuos)…por eso el esfuerzo que estamos haciendo ahora, para que ellos no pasen todo lo que estamos pasando.”

Maura
Emprendedora trabajando con materiales reciclados
Maura trabajando con materiales reciclados. © Plan International Paraguay / Lantern

De recolectora a emprendedora

Maura decidió incursionar en el rubro de decoraciones y montó su propio local en su casa, donde dispone de un espacio específico para almacenar los materiales que utiliza, tales como alfombras, estructuras para decoración, flores artificiales, telas, banners y fondos. Gran parte de los insumos que emplea son reciclados, los cuales obtiene de su madre o recolecta ella misma mientras trabaja como ganchera. Su negocio no solo impulsa la economía circular, sino que también le permite generar ingresos para mejorar la calidad de vida de su familia. 

Cuando Maura vio la necesidad de invertir en su negocio para poder crecer y mejorar sus ingresos, se enteró que podía concursar por el capital semilla del programa Sape’a 2.0 de Plan International en Paraguay. Resultó ganadora y con el premio, pudo comprar sus propios materiales en lugar de alquilarlos, lo que le permitió ofrecer a sus clientes una mayor calidad y aumentar su margen de ganancia.  

El proyecto además le brindó capacitaciones sobre planes de negocio que le permitieron aprender a calcular los costos, establecer precios y valorar su trabajo de manera más justa y equitativa. “Aprendí que tengo que valorar mi trabajo, que no tengo que regalar lo que hago” menciona.

El proyecto Sape’a 2.0 significa un valioso apoyo para el empoderamiento económico de los jóvenes, especialmente de las mujeres, con el objetivo de superar barreras y estereotipos y facilitar su inserción en el mundo laboral en condiciones favorables. “Sueño con dar trabajo a otras personas” finaliza.

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