Erlinda deja sus miedos para emprender

Erlinda, 20, tenía mucho miedo de hablar y decir lo que pensaba, era tímida. Sin embargo, su pasión por la costura fue mas fuerte y la impulsó a emprender. Ella trabaja con un grupo de otras jóvenes quienes también sueñan con ver crecer sus emprendimientos. 

Erlinda,

Erlinda, 20, sostiene una de las polleras que confeccionó © Plan International .

“Desde muy niña me llamó la atención la costura, una de mis tías tenía una máquina de coser y me gustaba ir a visitarla por jugar con la máquina”, dice Erlinda quien hoy tiene 20 años y transformó un juego en su emprendimiento. 

A los 15 años ella ya confeccionaba prendas en su casa, era tal su pasión que decidió inscribirse al Centro de Educación Alternativa de la comunidad rural en la que vive. El camino no fue fácil, “recuerdo que mi papá no quería, porque no podía pagar la inscripción y había que ayudar en la casa. Pero finalmente a mucha insistencia logre inscribirme”. 

Actualmente, Erlinda es parte de la organización de emprendedoras de confección textil de su municipio. Se dedica a la costura de forma profesional y vende las confecciones que realiza a diferentes clientes con un espíritu emprendedor. 

Convertir su pasión en ingresos  

Ella recorrió un camino de introspección y aprendizaje para construir su proyecto de vida. “Antes tenía una idea de mí misma llena de falsas creencias y no muy positivas. Ahora soy capaz de emprender mi proyecto. Fui descubriendo cual era el camino que quería tomar y qué cosas debía hacer para conseguir mis metas a corto y largo plazo, yo particularmente me siento más segura de seguir con mis sueños”, ella menciona mientras controla la tela para pasar la máquina de coser.  

«Yo no soy solo emprendedora, soy una mujer líder que tiene sueños y metas.”

Erlinda

Erlinda y otras jóvenes de su comunidad desarrollan el talento natural que tienen con la costura. Ellas trabajaron su pasión para encaminarla en un proyecto de vida con la ayuda del proyecto “Fortalecimiento de los Liderazgos Feministas en el Altiplano Boliviano» (Folife) de Plan International Bolivia.  

“Me considero una chica afortunada, por todo el apoyo del proyecto, por todas las experiencias que tuve, sobre todo por los lugares y gente que conocí. Yo tenía muchos problemas de autoestima, era una persona muy tímida, me costaba hablar frente los demás, ahora soy todo lo contrario.  

Yo no soy solo emprendedora, soy una mujer líder que tiene sueños y metas.” 

Negocio local de confianza 

Erlinda, 20, costurando una prenda en el taller donde trabaja
Erlinda, 20, costurando una prenda en el taller donde trabaja
© Plan International.

La organización que conformó Erlinda junto a otras jóvenes fue avanzando y dando a conocer su trabajo a nivel local. Ellas confeccionaron mil muñecos de tela para niñas y niños patrocinados de Plan International. “Plan International confió en nosotras, nos dio nuestro primer trabajo y eso nos permitió a tener un capital de inicio para ampliar nuestro taller”. 

Erlinda y sus amigas están muy motivadas por sus emprendimientos, “mucha gente ya nos conoce, nos hacen pedidos para arreglar algunas prendas de vestir, realizar juego de poleras, igual la alcaldía nos pide algunos trabajos. Poco a poco estamos mejorando incluso nuestra calidad de costura”.  

El proyecto Folife busca contribuir al empoderamiento social y económico de las mujeres adolescentes y jóvenes indígenas que viven en el altiplano de Bolivia, adopta un enfoque holístico para responder a las necesidades de los jóvenes, para lo cual utiliza una combinación transformadora de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos con empoderamiento económico y social, y protección contra la violencia. 

Categorias: Habilidades para el empleo Etiquetas: Medios de vida

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