Nuevas dinámicas migratorias exponen a familias a riesgos prolongados en América Latina

22 de diciembre 2025

Plan International alerta sobre la transformación de los flujos migratorios en América Latina y el Caribe, marcada por retornos forzados, estancamiento en países de tránsito y falta de acceso a servicios esenciales.

La organización señala que la región atraviesa una crisis multidimensional donde convergen violencia generalizada, conflictos armados, economías debilitadas y desplazamientos internos y transfronterizos que están reconfigurando los patrones de movilidad humana.

Aunque las disposiciones migratorias de Estados Unidos han reducido notablemente el tránsito sur-norte, la movilidad no se ha detenido. Persisten movimientos hacia el norte, pero en niveles mínimos. Entre enero y marzo de 2025 se estima una disminución del 98% respecto al mismo periodo del año anterior.[1]

Actualmente está emergiendo un flujo norte-sur particularmente grave: familias que regresan sin recursos tras haber enfrentado violencia y abusos en el camino. Este retorno las expone a una situación de doble riesgo, marcada por la acumulación de pérdidas, la incertidumbre sobre su futuro y la falta de acceso a servicios básicos de salud, educación y protección.

«Estamos frente a un escenario donde la movilidad humana adopta formas más complejas y peligrosas. Hoy vemos flujos que cambian de dirección, familias atrapadas durante meses sin respuestas, y comunidades retornadas en condiciones de extrema vulnerabilidad. Esto exige reconocer la magnitud de la crisis y actuar con urgencia», afirmó Daniela Montesinos, Gerente Regional de Preparación y Respuesta Humanitaria de Plan International en América Latina y el Caribe.

Estancamiento prolongado en países de tránsito

En países como Honduras, Guatemala y México, miles de personas permanecen varadas durante largos periodos sin claridad sobre rutas de integración o retorno, y sin acceso garantizado a servicios esenciales. Entre ellas se encuentran familias que han atravesado escenas de violencia extrema en corredores migratorios.

Una mujer venezolana participante de un programa de Plan International en Guatemala describió así parte de su trayecto: «Es muy fuerte todo eso, lo que uno vive para poder buscar un mejor futuro.» Su familia, que buscaba llegar a Estados Unidos, quedó detenida en la frontera sur de México, donde tuvo que permanecer trabajando un tiempo antes de intentar regresar, reflejando cómo la exposición a riesgos se prolonga mucho más allá del cruce inicial.

Los retornos forzados también están aumentando. Según reportes humanitarios recientes, las deportaciones desde Estados Unidos crecieron en 34 por ciento respecto al año [2]anterior. Estos movimientos, sumados a la debilidad de los sistemas de protección y la crisis económica en varios países de origen, incrementan la exposición de las familias —especialmente de niñas, niños y adolescentes— a amenazas como violencia sexual, trata, extorsión y desapariciones.

La violencia impulsa desplazamientos y agrava riesgos

La violencia interna continúa siendo un motor crítico del desplazamiento. En Colombia, los enfrentamientos entre grupos armados incrementaron el desplazamiento forzado en 113 por ciento[3]. En Ecuador, el crimen organizado está deteriorando la seguridad en comunidades urbanas y rurales. Guatemala, Honduras y México registran altos niveles de violencia estructural que obligan a familias a huir. Estos entornos inseguros afectan tanto a las comunidades locales como a las personas migrantes que permanecen en estos países de tránsito.

«La voz de las familias nos recuerda que no hablamos solo de cifras, sino de experiencias profundamente dolorosas y de personas que están en riesgo hoy. La región necesita datos, necesita financiamiento estable y necesita un compromiso claro para garantizar protección, acceso a servicios básicos y opciones dignas de integración o retorno. Es urgente actuar con una visión regional y de largo plazo», añadió Montesinos.

Plan International hace un llamado a los Estados, organismos internacionales y donantes a reforzar la recolección de datos, garantizar retornos seguros, facilitar el acceso a servicios de salud, educación y protección en países de tránsito, y asegurar intervenciones que atiendan las necesidades diferenciadas de familias especialmente aquellas con niñas, niños y adolescentes en contextos de movilidad humana. En un escenario de presiones simultáneas, proteger a las poblaciones en movilidad es una obligación urgente y un pilar esencial para la estabilidad futura de la región.


[1] UNICEF, Colombia Humanitarian Situation Report No. 1, Mid-Year 2025

[2] Newsweek – https://www.newsweek.com/ice-deportation-flight-numbers-rising-trump-administration-2128540

[3] CICR – https://www.icrc.org/es/comunicado-de-prensa/colombia-la-presidenta-del-cicr-llama-respetar-el-dih-para-que-no-se

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