La menstruación sigue siendo una barrera para niñas en América Latina
En el Día Internacional de la Higiene Menstrual, Plan International evidencia cómo la falta de recursos, información y servicios afecta el bienestar y los derechos de niñas y adolescentes en la región<br>
28 mayo 2025Millones de niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe enfrentan su menstruación sin condiciones adecuadas de higiene, información ni privacidad. Esta situación es especialmente grave en contextos rurales, indígenas y de emergencia, donde convergen la pobreza, el estigma y la falta de servicios básicos.

“La menstruación sigue siendo una barrera para millones de niñas y adolescentes. No se trata solo de acceso a toallas sanitarias: hablamos de derechos fundamentales. Silenciar este tema es negar la dignidad, la salud y las oportunidades de las niñas. Transformar esta realidad es una responsabilidad colectiva que no puede esperar”, afirmó Carmen Elena Alemán, directora regional de Plan International para América Latina y el Caribe.
«Silenciar este tema es negar la dignidad, la salud y las oportunidades de las niñas».
Carmen Elena Alemán, directora regional de Plan International para América Latina y el Caribe
La organización ha sido testigo de las múltiples barreras para la gestión menstrual en distintos países de la región, especialmente en contextos rurales, indígenas y humanitarios, donde convergen la pobreza, la desinformación y el control social sobre los cuerpos de las niñas.
Según un reciente análisis de necesidades, en comunidades rurales de Bolivia, muchas adolescentes usan materiales inadecuados o faltan a la escuela por vergüenza o falta de productos. “No se habla mucho del tema y es un problema real”, relató una joven de 19 años en Santa Cruz.
“No se habla mucho del tema y es un problema real”.
Joven de 19 años en Santa Cruz, Bolivia.
En Haití, adolescentes desplazadas enfrentan una situación crítica: la falta de privacidad, agua e insumos convierte la menstruación en una experiencia insegura y angustiante. “Cuando reparten toallas sanitarias, hay pelea. Te empujan, te gritan”, contó Bárbara, una adolescente de 15 años en un sitio de desplazamiento en Puerto Príncipe.
“Cuando reparten toallas sanitarias, hay pelea. Te empujan, te gritan”
Bárbara, 15 años, en Haití.
En Guatemala, un estudio de 2024 de Plan International en Alta Verapaz mostró que casi un tercio de las niñas entre 10 y 14 años se ausentaba de clases durante su periodo. Tras participar en talleres y recibir kits de higiene, la cifra se redujo notablemente, lo que evidencia el impacto positivo de la educación y el acceso a insumos.
Algunos países han empezado a avanzar en políticas públicas. En Paraguay, por ejemplo, se reglamentó recientemente una ley que garantiza productos menstruales de manera progresiva, equitativa y gratuita para mujeres y niñas. Sin embargo, en muchas otras zonas de la región persisten barreras culturales y estructurales que limitan el ejercicio de derechos relacionados con la salud menstrual.
Plan International promueve la gestión menstrual libre de estigmas
Como parte de su trabajo en América Latina y el Caribe, Plan International promueve una gestión menstrual libre de estigmas mediante la distribución de kits de higiene, la capacitación de docentes y personal de salud, campañas educativas, y espacios de participación donde las propias niñas pueden levantar la voz. Estas acciones también involucran a niños y hombres como aliados en la transformación de normas sociales vinculadas a la menstruación.
La organización también promueve espacios de participación e incidencia que visibilizan la pobreza menstrual como un obstáculo estructural para el ejercicio de derechos, y trabaja junto a comunidades, gobiernos y aliados para asegurar que ninguna niña vea limitada su salud, educación o bienestar por razones relacionadas con su ciclo menstrual. “La menstruación no puede seguir siendo una barrera para el desarrollo de las niñas. Hablar de este tema con naturalidad, asegurar productos básicos que sean accesibles y amigables con el medio ambiente y brindar información clara no es un lujo: es una obligación ética, sanitaria y educativa de nuestras sociedades”, subrayó Carmen Elena Alemán.