Debe garantizarse la seguridad del personal humanitario para apoyar el «colosal» aumento de la ayuda a Gaza
Se necesita inmediatamente un aumento «colosal» de la ayuda humanitaria a Gaza para evitar que niñas y niños mueran innecesariamente, restablecer la dignidad y aliviar el impacto psicológico de la crisis, advierte la ONG de derechos de la niñez Plan International.
Este domingo (7 de abril) se cumplirán seis meses desde que Israel lanzó su ofensiva militar en respuesta al ataque del 7 de octubre de un grupo armado palestino, el cual mató a 1.200 personas en Israel. Se teme que el número de muertos en Gaza supere ya los 32.000, según el Ministerio de Sanidad palestino, incluidos 13.000 niñas y niños. Se cree que más de 100 personas siguen retenidas como rehenes dentro de Gaza.
Seis meses de bombardeos aéreos constantes han hecho que casi toda la población civil de Gaza dependa de la ayuda humanitaria para sobrevivir; sin embargo, las agencias de ayuda sólo han podido negociar el permiso para entregar una pequeña parte de los suministros necesarios para mantener a los 2,1 millones de habitantes de Gaza.
La retirada de múltiples ONG de Gaza, tras la muerte de siete miembros de World Central Kitchen en un ataque aéreo el martes (2 de abril), agravará una situación que ya de por sí es crítica advierte Plan International. Junto con otras organizaciones humanitarias y de derechos humanos de todo el mundo, Plan International hace un llamado a todas las partes implicadas en el conflicto para que garanticen la seguridad de las y los trabajadores humanitarios y de los civiles en cumplimiento con el derecho internacional humanitario.
Hambruna inminente en Gaza
El mes pasado, la asociación IPC (Integrated Food Security Phase Classification) predijo que la escasez de alimentos provocada por las restricciones israelíes a la ayuda humanitaria, y los prolongados ataques militares, podrían desarrollar una situación de hambruna en Gaza en cualquier momento de aquí a mayo.
Según Plan Internacional, por cada niña y niño que corre el riesgo de morir por un ataque aéreo, por hambre o falta de asistencia médica, muchos más sufrirán secuelas psicológicas duraderas tras haber presenciado la muerte de familiares o amigos, lesiones que les cambiarán la vida y les han privado de los elementos básicos de su niñez.
En marzo alrededor de 161 camiones de ayuda lograron cruzar a Gaza diariamente, un promedio muy por debajo de la capacidad combinada de los pasos fronterizos de Kerem Shalom y Rafah, que es de 500 al día .
El Dr. Unni Krishnan, Director Global Humanitario de Plan International, afirma: «El tiempo se escapa rápidamente para la niñez de Gaza, ahora con más urgencia que nunca. Es crucial y urgente un aumento significativo de la ayuda humanitaria esencial. Para que esto sea una realidad, es primordial garantizar la seguridad de las y los trabajadores humanitarios y de los civiles.
«A pocos minutos en coche de Rafah, donde hay familias refugiadas en las condiciones más inimaginables y rudimentarias, hay miles de camiones con alimentos y otros suministros vitales. Es absolutamente fundamental que se garantice rápidamente un acceso seguro de la ayuda humanitaria a Gaza, para que las agencias de ayuda puedan entregar suministros a los civiles que los necesitan desesperadamente, especialmente a la niñez en desnutrición y a las mujeres embarazadas.
«Ahora mismo, Gaza es conocida como el contexto de respuesta humanitaria más complejo del mundo. Es el lugar más peligroso del mundo para ser una niña o un niño y un trabajador o trabajadora humanitaria. Sabemos por experiencia que el catastrófico impacto psicológico de la guerra seguirá atormentando a la niñez y a sus cuidadores, mucho después de que cesen los combates. Un joven de 18 años que viva hoy en Gaza habrá vivido en medio del conflicto en 2006, 2008, 2012, 2014, 2021, y ahora desde octubre de 2023, siendo testigo de cosas que ninguna niña o niño debería presenciar jamás. Esto tiene un profundo impacto en una mente joven.
«Instamos a todas las partes a que garanticen un acceso seguro y sin interrupciones al personal humanitario y a los suministros de ayuda esencial en Gaza. También seguimos pidiendo un alto el fuego permanente, completo e inmediato, como única forma de poner fin realmente a este sufrimiento.»
Apoyo y asistencia a socios
Desde octubre de 2023, Plan International ha estado aumentando el apoyo a socios humanitarios para proporcionar asistencia humanitaria crítica dentro de Gaza. Desde el comienzo del Ramadán, se han proporcionado comidas de Iftar a un total de 6.000 desplazados internos en Rafah a través de Taawon, un socio local.
Plan International también ha estado trabajando con la Media Luna Roja Egipcia para entregar suministros a través del paso fronterizo de Rafah, en Egipto. Hasta la fecha, se han entregado 600 cestas de alimentos, 1.000 botiquines de primeros auxilios y 1.600 cartones de agua.
La organización trabaja actualmente en la entrega de kits de protección femenina a las mujeres de Gaza, los cuales contienen suministros como abayas, cepillos para el pelo, ropa interior y chales de invierno, artículos que han escaseado desesperadamente.
Fátima, una joven activista de 23 años que ha huido con su familia al este de Gaza, contó a Plan International cómo su familia utiliza ahora comida para animales para hornear, mientras que su hermano se arriesga a ir a la línea oriental en busca de verduras.
Dice que la escasez de alimentos la ha hecho sentirse «desamparada» y que le preocupa que sus hermanas pequeñas no reciban la nutrición que necesitan para que sus cuerpos se desarrollen.
«Desde el comienzo del conflicto, recogemos plantas silvestres de la tierra para comer, como hibiscos, acelgas y lentejas. Cuando no encontramos nada que crezca cerca de nosotros, mi hermano, que tiene 18 años, va a la línea oriental a buscar acelgas, pero esto es peligroso por la ocupación y el riesgo de ser bombardeado.
«La harina es cara y muy escasa, así que utilizamos comida animal para hornear. Mis tíos recorren largas distancias para conseguir la harina distribuida por las organizaciones de ayuda. No hay verduras ni frutas a la venta en ningún sitio y el precio de la carne y el pollo es muy caro, unos 50 dólares el kilo. Un saco de harina cuesta unos quinientos dólares por saco. Las reservas de alimentos de nuestra casa casi se han agotado.
«Me siento triste por no poder tener la comida que quiero, me hace sentir indefensa y que mi existencia no tiene valor.
«Ayer fue la primera vez que comimos carne en cinco meses. Criamos palomas y decidimos comer una porque no nos quedaba nada más. Me hizo sentir feliz porque hacía mucho tiempo que no comía buena comida».