Niñas migrantes y refugiadas necesitan protección urgente en México

México recibe diariamente de 3,000 a 6,000 personas migrantes y refugiadas, muchas de ellas que huyen de la violencia y grupos armados en sus países. Las niñas se ven desproporcionadamente afectadas en esta crisis.

Migrantes

30 de octubre 2023

En la frontera norte de México, Andrea*, de 12 años, explicó que ella y su familia se vieron obligadas a huir de su casa debido a las amenazas a las que se enfrentaba su madre en Honduras:

«Sufrió una agresión y recibió amenazas de muerte, lo que nos llevó a huir por nuestra seguridad».

Andrea*, 12 años.

Durante el viaje, las personas en situación de movilidad humana también están constantemente expuestas a riesgos de protección, como la violencia sexual, la trata de personas, la violación, el robo, la extorsión y el reclutamiento forzoso de menores. A su llegada a México, suelen tener dificultades para acceder a servicios básicos como la sanidad, la educación y el empleo, y carecen de acceso a mecanismos fundamentales de protección internacional a los que tienen derecho, como la posibilidad de solicitar asilo, lo que les deja en un limbo prolongado.

Esto se debe a que, a menudo, las personas que llegan de manera irregular al país no tienen acceso a la información adecuada sobre sus derechos. Su situación se agrava aún más cuando se extravían sus documentos o se los roban durante el viaje. Recuperarlos suele requerir un proceso judicial. Además, el proceso de solicitud de asilo también puede ser largo, con citas programadas con meses de antelación y sin garantía de aprobación.

Arturo*, un padre de 29 años, explicó por qué abandonó Venezuela:

«Salí de Venezuela a Ecuador por miedo; allí mataron a mi hermano».

Arturo*, 29 años.

Unos años después, se vio obligado a huir de nuevo de Ecuador con su hija de 4 años, tras recibir amenazas de muerte de grupos criminales que intentaron extorsionarle.

Su prima de 29 años, Adriana*, que huyó con él, junto con su marido y su hija de 8 años, describe un violento intento de robo durante su viaje, diciendo:

«Lo único que podía hacer era aferrarme a mi bebé y rezar».

Adriana*, 29 años.

El agravamiento de la crisis migratoria

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, entre 3.000 y 6.000 personas llegan diariamente al sur de México. Además, más de 250.000 personas han cruzado la selva del Darién en Panamá, lo que supone el mayor número de cruces irregulares jamás registrado. De ellos, el 16% son niñas y niños. Si la tendencia continúa, el número de personas que cruzarán superará las 400.000 antes de que acabe el año.

El llamado de Plan International

Dirk Glas, representante de País, Plan International México, insta a fortalecer los sistemas de protección locales y nacionales: «Nos enfrentamos a una crisis migratoria y humanitaria sin precedentes en las Américas, que exige una respuesta global y decisiva. Nuestro compromiso humanitario sigue siendo incondicional para ayudar a los migrantes y refugiados a asegurar su futuro, especialmente a las niñas y adolescentes que son las más vulnerables. Abogamos firmemente para que todas las personas puedan hacer efectivos sus derechos y acceder a los sistemas de protección nacional e internacional que tan urgentemente necesitan».

Además de personas mexicanas desplazadas internamente por la situación en el país, entre las nacionalidades que se trasladan hacia la frontera norte de México figuran personas procedentes de Sudamérica (Venezuela y Ecuador), Centroamérica (Honduras, El Salvador y Nicaragua), el Caribe (Haití y Cuba), así como de algunos países africanos y asiáticos. A menudo emprenden el peligroso viaje hacia el norte con la esperanza de escapar de situaciones de conflicto, violencia, inseguridad y persecución.

Plan International solicita que se facilite más información sobre los mecanismos y servicios de protección a las personas que se desplazan; esto es fundamental para ayudar a migrantes y refugiados a conocer sus derechos y acceder a la asistencia que necesitan.

Esto incluye a menores no acompañados y separados de sus familias, especialmente vulnerables a la explotación y los abusos en las fronteras. Ante esta situación, Glas declaró:

«Las niñas, adolescentes y sus familias se ven desproporcionadamente afectadas en esta crisis, enfrentándose a múltiples peligros y a un sufrimiento indecible, a menudo en sus países de origen y también durante su viaje. Muchas de ellas perdiendo la vida en el camino o enfrentándose a una violencia extrema. Instamos a las autoridades nacionales a que garanticen el cumplimiento de los mecanismos de protección, del Derecho Internacional Humanitario, de los Derechos Humanos de las poblaciones refugiadas, desplazadas y migrantes, para que todas las personas, especialmente las niñas, estén protegidas y reciban la asistencia que necesitan».

*El nombre ha sido cambiado por motivos de protección.

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