Más de 40 emprendimientos liderados principalmente por mujeres migrantes y locales aportan al desarrollo de Ecuador y Perú
15 de febrero 2023
Finaliza el proyecto IntegrAcción con la integración e inclusión de las familias migrantes y refugiadas en dos de los países con mayor población venezolana.
Desde 2015, más de 7 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela han migrado como consecuencia de la crisis política, económica y social que se vive el país. Según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), de esta cifra, más del 84% se ha movilizado a otros países en América Latina y el Caribe, donde Colombia, Perú y Ecuador se consolidan como los principales lugares de destino.
La falta de oportunidades es uno de los problemas que han enfrentado las personas migrantes y se vio agudizado a raíz de la pandemia por COVID-19. Otro desafío es la falta de reconocimiento de las credenciales académicas que les impide acceder al mercado laboral de los países que los acogen. En Ecuador, 34% de las personas migrantes de nacionalidad venezolana afirman estar en situación de desempleo; en Perú, más del 50% se encontró en esa situación a raíz de la pandemia.
La iniciativa impulsada por Plan International, COPEME y Fundación Terranueva logró capacitar a personas migrantes y refugiadas para que accedan a un empleo o consoliden sus propios negocios, mejorando sus procesos y calidad. Actualmente, se han conformado más de 40 emprendimientos que generan fuentes de empleo para personas de distintas nacionalidades, principalmente venezolanas, peruanas y ecuatorianas. Los negocios han girado en torno a temas de alimentación, entretenimiento, limpieza, salud, educación, entre otros. Participa gente de todas las edades y están conformados principalmente por mujeres.
Deima inició su emprendimiento de pastelería y panadería llamado “Las 3 espigas”, inspirada en su padre, quien tenía un negocio de panadería en Venezuela. «Yo soy Licenciada en Educación Especial y me dedicaba a ello en Venezuela. Por eso, nunca imaginé que tendría un negocio de panadería. Sin embargo, cuando te ves en la necesidad, una renace y saca lo mejor de sí misma», señala.
Migró de su país desde que el bono dirigido a las personas privadas de libertad era superior a su sueldo. Llegó hasta Brasil y al no encontrar oportunidades cruzó junto con su esposo la selva de las amazonas para llegar a Perú. «Salí de Venezuela con una maleta llena de sueños, pero también de miedos e inseguridades. Dejamos atrás una familia rota, una madre triste y el recuerdo de lo que fue un hogar», afirma Deima. Actualmente vive en Perú con su esposo y sus tres hijos, de 15, cinco y cuatro años respectivamente.
Entre los demás emprendimientos se destacan aquellos que buscan la integración cultural a través de la enseñanza, a través de cursos de educación musical virtual, de pastelería, venta de productos ortopédicos, etc. Muchos de ellos cuentan con especialistas en temas de salud con los cuales conformaron centros odontológicos. También se destacan aquellos emprendimientos de cocina más tradicional para la preparación de bocaditos, pastelería, panadería o restaurantes que reflejan la identidad cultural.
Verónica Zambrano, directora de la Sub-región de Sur América de Plan International, explica que el proyecto IntegrAcción implementó durante dos años estrategias orientadas a la protección e inclusión económica, brindando apoyo a las instituciones públicas y privadas, líderes y lideresas locales, familias migrantes y de acogida. «Hemos puesto especial énfasis en la protección de las niñas y mujeres jóvenes. La lucha contra la xenofobia y la discriminación sigue siendo un reto para las personas migrantes, es importante trabajar para derribar estos estigmas y fomentar la integración», señala.
IntegrAcción fue implementado desde enero de 2020, fue financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania – BMZ y tuvo una duración de casi tres años. «A través de esta iniciativa, Plan International reconoce la necesidad de construir comunidades libres de discriminación y violencia. Actualmente, mujeres migrantes y refugiadas generan empleo, promueven la integración, el intercambio de culturas, la seguridad y la protección de niñas, niños y adolescentes», añade Zambrano.