Una joven pareja y sus dos hijas se enfrentan a las dificultades que supone vivir a escasos metros del caudal de un río en el departamento de Chalatenango.
“En invierno el río llega a un nivel en el que casi está a la par de la casa”; comenta Adelaida, una joven madre que vive junto a su esposo y sus dos hijas de 8 y 5 años.
La familia de Adelaida vive a las orillas del río Lempa, el más grande y caudaloso de El Salvador, durante el invierno, su caudal crece mucho más y en ocasiones genera inundaciones que ponen en riesgo a las comunidades aledañas.
“El problema que nosotros tenemos es por las salidas que tiene el río, cuando crece demasiado desborda también el zanjón del otro lado y quedamos atrapados en esta zona”, Alonso padre de familia y agricultor de la zona.
Una tormenta devastadora
La Tormenta Tropical Pilar, tuvo paso por territorio salvadoreño entre el 29 de octubre y el 5 de noviembre de 2023, dejando como saldo de daños a 3 personas fallecidas, más de 263 familias damnificadas y casi 70 viviendas dañadas, según datos de la Dirección General de Protección Civil.
“Tratamos de estar pendientes todo el tiempo, incluso en las noches no se logra dormir bien porque hay que estar atentos, a las niñas les decimos que no se tienen que acercar porque es peligroso, todas las casas de esta zona corren peligro y los cultivos quedan inundados, la producción se pudre y se pierde toda la cosecha”, lamenta Alonso al recordar los estragos ocasionados por la tormenta.
Respuesta ante emergencias
“Nos avisaron que los que habíamos sido afectados por las inundaciones podíamos ir a retirar un bono que nos ayudó para comprar cosas básicas como aceite, jabón y todo lo necesario para el hogar” comenta la joven madre.
La familia de Adelaida y Antonio fue una de las muchas que fueron apoyadas por el proyecto Early Action Fund de Plan International, con el cual se buscaba brindar asistencia humanitaria a niñas, niños, adolescentes, jóvenes y sus familias perjudicadas por las afectaciones climáticas.
“En un futuro, si uno falta, ya las niñas tienen la educación y el conocimiento para poder salir adelante” vislumbra Antonio al pensar en el futuro.
Según el informe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, en El Salvador hay más de 1.1 millones de personas con necesidades de asistencia, pero para poder atender al menos a la mitad de ellos se requiere una inversión de alrededor de 87 millones de dólares.
La familia de Adelaida y Antonio es como muchas otras, una de las cientos de familias que viven en situación vulnerable, tanto por el riesgo que supone vivir a orillas de un río como por la inseguridad alimentaria que representa para ellos perder su principal sustento de vida bajo la misma amenaza.