“Cuando nos agarró migración pedimos que nos dieran una oportunidad” 

Dariana, 27 años
En la frontera de México con Texas, Estados Unidos, miles de personas se desplazan cada día. Huyen de la violencia y los conflictos en Centroamérica, Sudamérica, el Caribe e incluso algunos países africanos. Emprendiendo peligrosos viajes las personas migrantes y refugiadas buscan protección y la oportunidad de una vida pacífica en un país más seguro.

En Ciudad Juárez, México, miles de personas migrantes llegan con la esperanza de cruzar a los Estados Unidos en busca de una vida mejor. Dariana (Nombre ficticio por motivos de seguridad) es una de ellas, una mujer migrante de 27 años originaria de Maracay, Venezuela, que viaja con su bebé. Al igual que muchos migrantes, Dariana tomó la decisión de dejar Venezuela en busca de un futuro más prometedor para su hijo debido a la creciente inseguridad y las dificultades económicas en su país. 

Dariana ha estado en tránsito durante dos meses. Su viaje comenzó en Venezuela y la llevó a través de varios países, incluyendo Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y México. A lo largo de su travesía, ha enfrentado numerosos desafíos. Uno de ellos la selva del Darién. 

“Sí, duré dos días y medio pasando la selva. Ríos peligrosos, animales, muertes, personas mayores, niños. Este que le digo como un desafío algo así fue eso. Pues como los que salen en los programas, algo así como de supervivencia. De ahí duramos esos dos días y bueno, también hubiese salido antes, pero me sentí mal un día que no pude continuar y me quede un día más”. 

La Bestia 

Una vez en México, Dariana optó por cruzar el país a bordo de «La Bestia,» una red de trenes de carga utilizada como medio de transporte por migrantes. Durante días, viajan en los techos de los trenes, enfrentando climas desafiantes y un alto riesgo de caer. Además, se encuentran constantemente con las autoridades migratorias. Dariana comparte su experiencia: 

“Me vine con mi hijo en el tren. Ahí duré como tres días en el tren llevaba algo de comida que es lo que pude comprar. Cuando nos agarró migración era la primera vez que estábamos en el tren. En el lugar donde yo estaba la mayoría eran chicas con niños y así pues y se ponían a llorar, les explicaban nuestra situación pues de lo que estaba pasando en Venezuela, que todos queríamos un mejor futuro para nuestros hijos. Este entre otras cosas, que nos dieran una oportunidad”. 

En el tren, muchas personas enfrentan lesiones graves o incluso pierden la vida. Al principio del viaje, Dariana estaba con su primo, quien sufrió un accidente en el tren en Irapuato, perdiendo una pierna. Dariana se quedó un mes esperando a que su primo se recuperara y obtuviera una visa humanitaria. Eventualmente, ella se vio obligada a continuar su travesía con su bebé. 

La Esperanza en la Frontera 

Ahora, después de un largo y difícil viaje, Dariana se encuentra muy cerca de los Estados Unidos y debe tomar la decisión de cómo ingresar al país. Debe optar entre entregarse a las autoridades o solicitar una cita a través del CBP ONE, para que pueda entrar de manera regulada. Dariana expresa su incertidumbre: 

«Lo único que sé es que anteriormente algunas personas se entregaban con sus bebés y los dejaban pasar, pero ya según no, no sé qué tan cierto sea eso. Ahora parece tienen que pedir cita, pero también yo estoy un poquito desesperada porque como no tengo teléfono ni nada, así que estoy pensando en irme a entregar, pero no estoy segura.” 

En Plan International, brindamos asistencia humanitaria tanto en la frontera norte como en la frontera sur del país. Nos esforzamos por ofrecer información detallada sobre los servicios disponibles y brindamos orientación a las personas migrantes, con el objetivo de que puedan tomar decisiones informadas, ya que comprendemos que estas elecciones pueden tener un gran impacto en sus vidas en este momento crucial. 

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