Escuelas cerradas, crisis por hambre y la falta de recursos económicos ponen en riesgo la educación a la niñez en Haití
Tras una semana del inicio de clases en la región, las escuelas en Haití permanecen cerradas. Las fuertes protestas y la situación socio-económica que atraviesa el país caribeño obliga a que las niñas y los niños permanezcan en sus casas un mes más.
Mientras Haití enfrenta una profunda crisis económica y de hambre, además de crecientes olas de violencia, el Gobierno ha pospuesto un mes el inicio del nuevo curso escolar. La nueva fecha de inicio de las clases está fijada ahora para el 3 de octubre, según lo confirmó el Ministerio de Educación del país tras un comunicado oficial. Esta situación interrumpe el aprendizaje de más de 4 millones de niñas y niños y adolescentes y aumenta el riesgo de que abandonen la escuela antes de tiempo. Se resalta también la inseguridad en que viven las niñas, en un país donde una de cada 5 adolescentes de entre 15 y 19 años ha sufrido violencia sexual en algún momento de su vida. Las escuelas constituyen espacios de prevención y protección.
En los meses pasados, debido al conflicto entre pandillas y como medida preventiva para salvaguardar la vida de los menores de edad, al menos 1700 escuelas permanecieron cerradas en Puerto Príncipe, la capital. Esto también es parte de la crisis multidimensional que atraviesa el país.
Celigny Darius, director país de Plan International Haití manifestó: “El alto coste de la vida en Haití está generando que millones de personas tengan que lidiar con la inseguridad, el hambre, la inflación y la escasez de combustible, poniendo además en riesgo la educación de los menores de edad”.
Oldsen, de 14 años, y su madre Denise viven en el sureste de Haití. Según sus circunstancias, ellos apenas consiguen comer una vez al día. Denise está preocupada respecto a cómo pagar la educación de su hijo cuando finalmente comience el curso escolar. «Tendremos que hacer otros sacrificios, tengo una gallina y una cabra que voy vender para pagar sus estudios», Denise.
Los altos costes no son los únicos obstáculos que se interponen en el camino de la educación de Oldsen. Para llegar a la escuela, él tiene que caminar durante casi dos horas, cruzando varios ríos en su trayecto que, durante las temporadas de lluvia, a menudo imposibilitan su asistencia.
«Cuando el río sube se vuelve muy profundo y peligroso, en esos días no va a la escuela. Durante las fuertes lluvias, los profesores también los mandan a casa», explica Denise, añadiendo que, a pesar de los retos a los que se enfrentan, su hijo continuará con sus estudios.
Haití es el país más pobre de América Latina y el Caribe, con casi el 77% de sus ciudadanos viviendo con menos de 2 dólares al día y al menos el 60% de ellos desempleados o subempleados. Con 4,9 millones de personas (el 43% de la población) que no tienen suficiente para comer en el país, Plan International ha lanzado una respuesta de emergencia para apoyar a las familias necesitadas. Denise recibió recientemente una transferencia de efectivo por parte de la ONG para la compra de alimentos y el pago de otras necesidades básicas.
Oldsen espera poder convertirse algún día en electricista, y nos muestra cómo practica sus habilidades utilizando las cosas que encuentra por la casa: «Suelo conectar los cables de las pilas pequeñas identificando los polos positivo y negativo, si sabes dónde están, puedes hacer que se encienda una bombilla”.
La postergación de la apertura de las clases, las dificultades económicas y la crisis del hambre que están viviendo las familias, pone en peligro la educación de la niñez y con ello su futuro y del país. “Debemos apoyar a las familias más vulnerables, en especial a los hogares monoparentales, que en su gran mayoría son monomarentales, es decir, de jefatura femenina. Estás mujeres se enfrentan por lo tanto solas a la doble tarea, no solo deben buscar los recursos necesarios para la alimentación, sino también para proteger a sus hijos o hijas y que puedan continuar con sus estudios y sueños” dijo Celigny Darius.
Plan International ha activado una respuesta para enfrentar la crisis de hambre en Haití, la intervención consiste principalmente en las transferencias de efectivo para la alimentación de los hogares, kits de almacenamiento de agua, la mejora de los sistemas colectivos de agua y tabletas de purificación. Además, la planificación y ejecución de campañas de sensibilización sobre temas de crianza positiva, prevención de la violencia de género, inseguridad alimentaria, entre otros.