“Todavía falta mucho por arreglar, pero vamos saliendo adelante” 

Después del sismo de 2017, Vanessa, de 24 años, y su abuelo Pablo, de 64 años, sufrieron daños en su hogar en una comunidad de Morelos. Muchas casas en la comunidad se derrumbaron, y la participación comunitaria fue crucial. Hasta ahora, Vanessa y Pablo no habían recibido ayuda para la reparación de su hogar.

Después del sismo del 19 de septiembre de 2017, muchas personas sufrieron pérdidas o daños en sus hogares. En muchas comunidades, la ayuda no llegó a todos. Este es el caso de Vanessa, una joven de 24 años que vive con su abuelo Pablo, de 64 años, en una comunidad de Morelos. Además de su abuelo, comparte su hogar con su madre, sus hermanos y su hijo de un año. 

Vanessa es una emprendedora que ha iniciado su propio negocio de ropa. Aunque comenzó hace apenas un mes, está luchando por expandir su tienda y tener presencia en otros pueblos del municipio. Su objetivo es forjar un mejor futuro para ella y su familia. Su abuelo Pablo, quien se dedicaba a la cosecha de maíz, la principal actividad económica del municipio, ha tenido que dejar de trabajar debido a problemas de salud. 

Sismo del 17 

Cuando el sismo del 2017 sucedió muchos hogares se vieron destruidos, algunos con pérdida total y otras de manera parcial. En el estado de Morelos se reportaron daños en más de 23,000 casas de acuerdo con el artículo “El terremoto 19S en Morelos”.  

El sismo de 2017 impactó gravemente a la comunidad. «Aquí en la comunidad, la mayoría de las casas se cayeron, pero gracias a Dios, ninguna familia salió lastimada», comenta Vanessa. La casa de Vanessa y Pablo sufrió daños; una de las paredes se desprendió, poniendo en riesgo la estabilidad de la vivienda. Pablo ha trabajado toda su vida en construir esa casa, y es la herencia que les deja a sus hijos. 

«Aquí en la comunidad, la mayoría de las casas se cayeron, pero gracias a Dios, ninguna familia salió lastimada»

Vanessa, 24 años.

«Después del temblor, vinieron brigadas a ayudar. A algunos les construyeron sus casas. A mí me alegra que los ayuden; imagínate hacer una casita y que en un segundo se caiga. Todavía falta mucho por arreglar, pero poco a poco, con diferentes apoyos, vamos saliendo adelante», menciona Pablo. 

La participación de las mujeres en la comunidad fue crucial para la organización post-sismo. «Nos reunimos todos en la plaza del pueblo para decidir qué hacer. Las mujeres tomaron decisiones importantes, reunieron alimentos y organizaron la ropa que llegaba. Realmente organizaban todo», añade Vanessa. 

«Nos reunimos todos en la plaza del pueblo para decidir qué hacer. Las mujeres tomaron decisiones importantes, reunieron alimentos y organizaron la ropa que llegaba. Realmente organizaban todo»

Vanessa, 24 años

Reparaciones 

A pesar de los apoyos que se han recibido a lo largo del tiempo, el hogar de Vanessa y Pablo no había recibido ningún apoyo directo en cuanto a las reparaciones de su hogar, y en específico la de su pared.  

El abuelo de Vanessa, Pablo, fue el que se enteró y buscó el apoyo de Plan International México para reparar su pared. Gracias a este apoyo, pudo hacer las reparaciones necesarias para asegurar su casa. Así como ellos, muchas familias en 10 comunidades de Pueblas y Morelos han recibido ayuda para reparar sus hogares afectados por el sismo de 2017.

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