“Por las amenazas tuvimos que migrar” 

Mariana*, originaria de Honduras, es una madre que se vio obligada a abandonar su país por las violencias y amenazas que enfrentaba su hijo de 15 años y su hija de 23. Ahora se encuentra en México en busca de oportunidades y un mejor futuro para ella y sus hijos.

Mariana, mujer en movilidad.
Mariana, una mujer en movilidad. Créditos de foto: Eva Cruz

Miles de personas salen de sus países por temas de violencia Este también es el caso de Mariana*, una madre en movilidad de 40 años originaria de Honduras. Se vio obligada a dejar su país natal debido a las amenazas y emprendió este viaje acompañada por sus tres hijos: una hija de 23 años, otro hijo de 15 y el más pequeño de 12 años.  

Mariana estudió para ser psicóloga especializada en el área de la niñez, pero la falta de oportunidades la llevó a trabajar en una fábrica textil en Honduras. Su elección de estudiar psicología de la niñez se basó en temas de violencia que vivió de niña. A pesar de las adversidades Mariana encontró en la educación universitaria una herramienta para comprender y ayudar a los demás. 

«Yo quisiera tener voz para que las cosas cambiaran, pero lastimosamente a nadie le escuchan.  Lo veo injusto porque los niños, las niñas no tienen por qué pagar por lo que hacen los demás», comparte Mariana. 

La violencia como motivo para migrar 

En estos momentos, Mariana y su familia se encuentran en México. El viaje ha sido doloroso, lleno de retos y peligros, a los que generalmente se enfrentan las personas en movilidad. La decisión de dejar su país de origen fue impulsada por la gran necesidad de alejarse de la violencia y las amenazas que afectaban directamente a su hijo de 15 años y a su hija de 23.  

“El migrar vino por mi hijo de 15 años tras un secuestro. Me lo secuestraron para sacarle información y pues él nos comentó que le ponían fotos, le hacían preguntas y amenazaban, lo golpearon”, menciona Mariana. 

“Ya siguieron las amenazas, me intentaron violar a la niña, nos amenazaron y nos dieron 24 horas para salir de la colonia y del país, si era posible”, comenta Mariana. 

“El migrar vino por mi hijo de 15 años tras un secuestro, ya siguieron las amenazas, me intentaron violar a la niña, nos amenazaron y nos dieron 24 horas para salir de la colonia y del país»

Mariana

El viaje hacia México ha sido una experiencia difícil para Mariana y su familia. Aunque experimenta una tristeza profunda por haber dejado su país, también se siente más tranquila al haber dejado atrás las amenazas que enfrentaba su familia, ya que la vida de ella y de sus hijos corría peligro si no migraban.  

Buscando un mejor futuro 

Desde su llegada a México, ha recibido apoyo de diversas organizaciones. Estas organizaciones han proporcionado alimentos, atención médica y apoyo económico, contribuyendo a la estabilidad de Mariana y sus hijos. 

“De Plan International he recibido bastante, aparte de que me han tratado súper bien, pues me dieron alimento, aparte de las muchas pláticas que le dan a uno la concientización que le dan cuando hablan con uno, me dieron para el médico para mi hija embarazada, me pusieron en contacto con Médicos sin Fronteras y ya le podía hacer los exámenes a mi hija que no tenía como hacérselos”. 

En cuanto a los servicios legales, Mariana ha experimentado un proceso que, aunque tardado, ha resultado en una resolución positiva para su solicitud de refugio. «La verdad fue tardado, pero tampoco tanto, me tardé dos meses y ya tuve mi resolución positiva para ser refugiada”. 

Con su resolución positiva, Mariana ahora planea trasladarse a otro estado del país, donde espera estabilizarse y construir un nuevo futuro para ella y sus hijos. A pesar de los desafíos y las dificultades en el viaje Mariana está feliz y agradecida de poder tener la oportunidad de prosperar en este nuevo país junto con su familia. 

*Nombre cambiado por temas de protección

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