“No tenemos nada para comer o no tenemos ni para un pañal para mi bebé” 

Andrea* es una joven de 19 años, originaria de Honduras, que se vio obligada a migrar por las amenazas que enfrentaba en su país. Su viaje migratorio fue difícil debido a que se enfrentó a diferentes tipos de violencia en el camino. Andrea tiene la esperanza de poder convertirse en refugiada.

Manos de Andrea una mujer en movilidad
Manos de Andrea, una mujer en movilidad. Créditos de foto: Eva Cruz

Tapachula, México, es un punto de entrada para miles de personas en movilidad forzada, con destino a Estados Unidos. Ese es el caso de Andrea*, una joven de 19 años originaria de Honduras, que se enfrentó con la difícil decisión de migrar junto a su familia: su esposo y su hija de un año. Este paso fue impulsado por las amenazas constantes en su país de origen y la búsqueda de un mejor futuro. 

Andrea nos cuenta que, en su país de origen, la violencia y la inseguridad son desafortunadamente comunes, afectando especialmente a niñas, niños y adolescentes, quienes a menudo se ven obligados a unirse a pandillas. Andrea reflexiona sobre la situación en su país diciendo: «Pues la verdad no, no es nada buena la seguridad en el país, porque a diario hay muertes, asaltos”. 

Tránsito Migratorio 

El viaje migratorio de Andrea y su familia fue complicado, estuvo marcado por extorsiones por parte de autoridades locales. «Los policías nos quitaron lo único que teníamos. En los retenes cada parada nos pedía dinero, ya no teníamos nada, ya no teníamos para comprar comida. Un muchacho le prestó a mi pareja dinero para que pudiéramos cruzar las balsas», relata. 

Andrea enfatiza la importancia de que la niñez viaje acompañada en el viaje, advirtiendo sobre los peligros que enfrentan las niñas y niños en la ruta migratoria. «Deben viajar mejor acompañados de un adulto o de alguien que conozca la situación y tenga mucho cuidado. Porque también hay muchos secuestros. Los secuestran, y si no les dan dinero, no los sueltan y peor niños que no sabrían qué hacer», señala. 

Al llegar a México, Andrea y su pareja buscaron ayuda en la COMAR y luego se dirigieron a un albergue. El principal desafío que enfrentan es la dificultad para encontrar empleo para su pareja. La falta de oportunidades laborales se ha convertido en un obstáculo significativo, añadiendo complicaciones a su proceso de adaptación en el país. 

“El que mi pareja no tenga trabajo para poder comprarle pañales a la niña, para poder estar comiendo nosotros bien, porque si yo como bien, la niña come bien, porque yo le doy pecho. Entonces si yo me alimento bien, ella se alimenta bien. Y a veces hemos estado donde no tuvimos ni para comer ni para un pañal para mi bebé”, menciona Andrea. 

«Porque si yo como bien, la niña come bien, porque yo le doy pecho. Entonces si yo me alimento bien, ella se alimenta bien. Y a veces hemos estado donde no tuvimos ni para comer, ni para un pañal para mi bebé”

Andrea

Una Mejor Atención 

En cuanto a la ayuda recibida, Andrea menciona que ha recibido consultas médicas y donaciones de artículos básicos. Sin embargo, aún no ha tenido asesoramiento legal. Andrea expresa su interés en comprender el proceso de refugio en México y espera recibir más información al respecto. 

“Ya tres meses, porque desde que llegamos fuimos a COMAR y eso tenemos de estar esperando los papeles y hasta ahora solo tenemos la CURP. Y de la visa humanitaria, nada todavía nada.” 

Andrea quiere acceder a oportunidades laborales y servicios de salud para su familia en México. Aunque enfrenta incertidumbres sobre su situación migratoria, mantiene la esperanza de un futuro mejor para su familia.  

Plan International México brinda asistencia humanitaria en la frontera sur y norte del país. Nos esforzamos por ofrecer información detallada sobre los servicios disponibles y así como orientación especializada para personas migrantes, con un enfoque particular en niñas, adolescentes y mujeres. Además, buscamos apoyarles facilitando el acceso a sus necesidades básicas mediante la entrega de tarjetas que les permiten cubrir los costos.

*Nombre cambiado por motivos de protección.

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