Adriana*, una mujer venezolana de 29 años, migro con su familia a Ciudad Juárez, México, con la esperanza de llegar a Estados Unidos debido a la inseguridad en su país. En su largo viaje desde Venezuela, a atravesado distintos países, incluyendo la peligrosa selva del Darién en Colombia. En México, enfrentaron desafíos como la falta de comida, agua, inseguridad y robos. Adriana y su familia ahora se encuentran en la frontera con Estados Unidos, con la esperanza de un futuro mejor.
Muchas familias migrantes llegan a Ciudad Juárez, México, con la esperanza de entrar a Estados Unidos. Atravesando la frontera se encuentra a El Paso, Texas. Es el caso Adriana*, de 29 años, ella migró junto a su esposo Esteban, su hija de 8 años, su primo Arturo y su hija de 4 años. Todos ellos son ciudadanos venezolanos los cuales decidieron migrar debido a la inseguridad del país, las amenazas y la situación económica.
“En Venezuela no hay seguridad. Si yo salgo a la calle a protestar contra el presidente voy detenida. Soy agredida. Con miedo toca quedarnos quietos. Yo no tenía trabajo, vivía con la comida que daba el gobierno, llegaba una bolsita de comida para un mes que trae dos bolsas de harina, un aceite, azúcar y una leche. Para los niños el estudio es gratis, pero no hay alimentación. Sin comida no la iba a mandar. No había agua en las escuelas, no hay seguridad”, menciona Adriana
Esteban agregó: “Yo vengo huyendo del miedo, me mataron a mi hermano, fue el gobierno y a mí me quieren matar. Salí huyendo y hace ocho años que no entro a Venezuela. Si a mí me deportan a Venezuela me matan”.
«Nadie quiere abandonar su tierra, pero queremos darles un futuro mejor a nuestros hijos», comenta Arturo.
«Nadie quiere abandonar su tierra, pero queremos darles un futuro mejor a nuestros hijos»
Arturo
Un Largo Viaje
Su viaje comenzó el 28 de agosto de 2023, cuando salieron de Venezuela y viajaron a través de Colombia en autobús. Pasaron por la selva del Darién en Colombia, luego continuaron a través de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, y Honduras. Durante su travesía, tuvieron que pedir ayuda para sobrevivir, a veces durmiendo en la calle y caminando largas distancias.
Como miles de migrantes, lucharon para sobrevivir en la selva del Darién. Adriana recordó cómo fue pasar la selva con su hija. “Cuando estábamos en el Darién mi hija me decía “Mami, por qué me trajiste, esto está muy feo, ya no quiero caminar más”. Duramos tres días y medio caminando. Yo le decía mira cuando salgamos de aquí ya todo va a ser mejor, todo es por tu bien que cuando ya lleguemos a nuestro destino vas a poder estudiar y tener una mejor vida que la que tuviste en Venezuela.”
El Difícil Camino en México
En México, enfrentaron numerosos desafíos, incluyendo la falta de comida y agua, y la inseguridad en el camino. Durante su viaje en tren a través de México, se enfrentaron a situaciones peligrosas:
“Algunas partes nos ayudábamos y avanzamos hasta que llegamos a México. Llegamos en balsa sin plata, sin nada. Nos tocó caminar pueblo por pueblo que es horrible, por el sol, se nos acababa el agua, se nos acababa la comida. No es fácil pasar hambre y caminar kilómetros de kilómetros con las niñas llorando. En Ciudad de México nos robaron la poca ropa que veníamos reuniendo, que nos regalaron, nos robaron los bolsos, todo”, comenta Adriana.
También se enfrentaron a situaciones difíciles en el tren: “En el segundo tren que tomamos se nos había acabado comida y el agua, que es lo peor. Confiamos que iban a lanzar la comida, pero no. Dios mío, eso fue lo peor. Las niñas lloraban por agua y el tren no se detiene para que uno vaya a comprar”, agregó.
Además de los desafíos en su camino a Estados Unidos, se enfrentaron a situaciones de inseguridad y violencia: “Antes de llegar una persona atentó contra nuestra vida en el tren. Se montó, no sé quién era, disfrazado como de negro, encapuchado, decía que teníamos que bajarnos. Yo lo que hice fue abrazar a mi niña y orar y me quedé ahí, la gente no se bajó. La mayoría se quedó, la mayoría con miedo porque estábamos en la oscuridad. Éramos más que ellos, hasta que tocó el tiempo de que el tren avanzara”, relató Adriana.
“Antes de llegar una persona atentó contra nuestra vida en el tren. Se montó, no sé quién era, disfrazado como de negro, encapuchado, decía que teníamos que bajarnos. Yo lo que hice fue abrazar a mi niña y orar y me quedé ahí, la gente no se bajó.”
Adriana, 29 años
La Espera
Finalmente, Adriana y su familia están en la frontera de México con los Estados Unidos, tienen la esperanza de un futuro mejor para las niñas, un trabajo estable y la posibilidad de ayudar a sus familiares en Venezuela. Ahora, enfrentan la decisión de cómo ingresar a Estados Unidos:
“Hemos pensado y queremos agendar la cita, más que nada por las niñas por las mallas, donde se cortan, se lastiman. Esperar lo que se tenga que esperar con calma. Iba con pensamiento de entregarme ahorita, pero pasó que en el Darién llovió, me robaron y perdí el documento de la niña, por eso me da miedo entregarme hoy. Hay gente que dice que los que entraron de ilegal los van a deportar”, menciona Adriana.
Plan International trabaja en México brindado ayuda humanitaria a la población migrante. Buscamos apoyarlos brindando tarjetas para que puedan acceder a sus necesidades básicas. Además, brindamos información sobre los servicios a los que pueden acceder, en especial las niñas, adolescentes y mujeres. Queremos que todas las personas que migran tengan viajes seguros.
*Todos los nombres han sido cambiados por temas de protección