Darleyn y la radio para promover la igualdad

“A mí siempre me ha inspirado mis compañeras, mis contemporáneas y mis menores. Porque veo en ellas lo que antes veía en mí: dudas, inseguridades, pero también un potencial inmenso”, dice Darleyn de 17 años, con una fuerza que retumba como el eco de las montañas que rodean su su municipio del altiplano, que está a 120 kilómetros de la ciudad de La Paz, Bolivia.

Mira la historia de vida de Darleyn (17)

El entorno donde creció Darleyn no fue fácil. La cultura machista marcaba cada aspecto de la vida.

“Lamentablemente, esta desigualdad entre hombres y mujeres nos va a perseguir si no la detenemos. Las mujeres de mi comunidad y en mi familia están luchando por detener este mal que tenemos como sociedad todas las mujeres buscamos un bien común”, cuenta con determinación.

Darleyn (17)

En Bolivia, el 83.9% de las mujeres en La Paz sufrieron humillaciones o insultos durante su infancia, según la Encuesta Nacional de Prevalencia y Características de la Violencia contra las Mujeres (2016).

Y es que la violencia también re refleja en cifras alarmantes: cada día, se denuncian más de 90 embarazos de menores de edad, muchos causados por abusos sexuales. “No podemos seguir aceptando que las niñas y adolescentes vivan en un mundo donde su futuro es arrebatado desde tan temprano”, afirma Darleyn con una mirada decidida.

Desafiando al patriarcado

Darleyn en su comunidad
Darleyn en su comunidad

Desde joven, Darleyn decidió que no sería una más de las estadísticas. A través de talleres, reuniones y capacitaciones, fue descubriendo herramientas que le permitieron levantar su voz. Una de esas herramientas fue la radio. “En mi comunidad, pocas personas ven televisión, pero todos escuchan radio. Decidimos usar ese medio para hablar de lo que nadie quería hablar: violencia, derechos sexuales y reproductivos, y machismo”, explica.

El proyecto de radio comunitaria, liderado por jóvenes, no fue solo un espacio de información, sino de transformación. “Quisiéramos difundir nuestro mensaje a todos lados. Recuerdo el primer programa que grabamos. Estaba nerviosa, pero pensé: si no hablo yo, ¿quién lo hará? Y así comenzamos a llegar a cada rincón de nuestra comunidad”, relata con orgullo.

Camino al poder

El liderazgo de Darleyn la llevó a ser parte de la campaña “Chicas al Poder” de Plan International, donde las jóvenes toman roles de decisión para incidir en políticas públicas. Fue seleccionada para representar a su comunidad en la Cámara de Diputados.

“Estaba aterrada, pero también emocionada. Ese día no hablé solo por mí, sino por todas las niñas y jóvenes que nunca tuvieron la oportunidad de ser escuchadas”

Darleyn comparte emocionada.
Darleyn en su comunidad
Darleyn en su comunidad

Desde la tribuna, Darleyn y otras jóvenes presentaron propuestas para combatir la violencia y promover la igualdad. Su discurso fue un llamado urgente a la acción:

“Hemos hecho lo que se llama incidencia. Estas propuestas no han salido solo de nosotras, sino también de nuestras bases. Si seguimos ignorando el sufrimiento de las niñas, estamos fallando como sociedad”

Darleyn cuenta con orgullo que declaró ante los presentes.

Un sueño colectivo

Darleyn con su mamá y su pequeña hermana
Darleyn con su mamá y su pequeña hermana

A pesar de los logros, Darleyn sabe que el camino hacia la igualdad es largo, y no está sola, pues tiene el apoyo de su madre: “Sueño con un futuro donde mi hija pueda ser presidenta de Bolivia, pero primero debemos trabajar para que en cada comunidad las niñas sean libres, independientes y capaces de decidir sobre sus vidas”, Carmen, una mamá llena de orgullo habla con la cabeza erguida. Plan International impulsa el liderazgo de jóvenes como Darleyn para que exijan sus derechos.

“La lucha no es solo mía. Como yo, hay muchas adolescentes y jóvenes valientes que necesitan apoyo para seguir adelante”

afirma con esperanza.

Actualmente, Darleyn está enfocada en inspirar a más mujeres de su comunidad a unirse a la lucha. “Podemos cambiar nuestra realidad si trabajamos juntas. Las autoridades, las familias y toda la comunidad debemos comprometernos. Desde aquí, desde mi municipio, podemos empezar a construir un mundo mejor”, concluye con admirable convicción.

Darleyn es un símbolo de esperanza y resiliencia, una prueba viviente de que incluso en los entornos más desafiantes, el cambio es posible cuando las niñas y jóvenes tienen las herramientas y el apoyo necesarios para luchar por sus derechos.

Share