Rosa, una joven de Loreto, encontró en su emprendimiento de fresas con crema la oportunidad de transformar su vida. Con esfuerzo y dedicación, busca apoyar a su familia y mejorar su comunidad.

Rosa tiene 17 años y vive en la región amazónica de San Juan Bautista, Loreto, una de las regiones más grandes y a la vez más afectadas por la falta de oportunidades. En Loreto, el 85.9% de la población trabaja en empleos informales, y casi el 22.2% de las y los jóvenes ni estudian ni trabajan. Estas cifras reflejan una realidad difícil, especialmente para los adolescentes como Rosa, quienes ven pocas alternativas para salir adelante.
Rosa, quien vive con sus abuelos, no tiene hermanos. Su mamá es emprendedora y viaja constantemente por el centro de la selva, decidió que Rosa viniera a San Juan Bautista a los siete años para estudiar, confiando en que en la capital podría tener más oportunidades. Sin embargo, a pesar de los sacrificios, Rosa sentía la falta de su madre y la incertidumbre sobre su futuro.
«Antes de conocer el proyecto, mi vida era normal. No pensaba mucho en mi futuro, solo en lo que haría al día siguiente. No sabía cómo podía cambiar mi vida», cuenta Rosa, mostrando la realidad de algunos jóvenes de Loreto.
«Antes de conocer el proyecto, mi vida era normal. No pensaba mucho en mi futuro, solo en lo que haría al día siguiente. No sabía cómo podía cambiar mi vida».
Rosa
El giro de su vida: Conociendo el proyecto
Todo cambió cuando Rosa decidió unirse al proyecto ¡Emprendamos Ya!, implementado por Plan International, que llegó a su escuela con talleres sobre marketing para emprendimientos. Aunque al principio no tenía muchas expectativas, algo dentro de ella le dijo que debía aprovechar esa oportunidad. Ese simple paso le abrió las puertas a un futuro completamente diferente.

El proyecto le ofreció herramientas concretas para enfrentar los problemas de empleo juvenil en Loreto. Rosa, que hasta ese momento no veía una forma clara de mejorar su situación ni la de su familia, descubrió durante las charlas que no tenía que ser una espectadora más de su entorno: podía convertirse en una creadora de oportunidades.
«Cuando conocí el proyecto, me sentí nerviosa al principio, pero luego me di cuenta de que era una oportunidad que no podía dejar pasar. Aprendí sobre cómo expresarme y cómo gestionar un negocio. Ya no solo pensaba en el presente, sino en lo que podía lograr», asegura Rosa.
Un futuro con propósito
Durante su participación en el proyecto, Rosa comenzó a ver el futuro como algo cercano y alcanzable. Con los conocimientos adquiridos, tomó la decisión de emprender un negocio que no solo le brindara una fuente de ingresos, sino que también le permitiera apoyar a su madre y a su comunidad. Decidió crear su propio negocio de fresas con crema, una idea sencilla pero con gran potencial. Para Rosa, este emprendimiento no solo representaba una oportunidad personal, sino una forma de transformar la dinámica económica de su familia y hacer una diferencia significativa en su comunidad.
«El proyecto me permitió darme cuenta de que puedo ser emprendedora y ayudar a mi mamá, a mi familia, e incluso a mi comunidad. Ya no solo pienso en mí, sino en lo que puedo aportar», expresa con entusiasmo.
Planes a futuro: Un carrito para el emprendimiento

Con el capital semilla que recibirá a través del proyecto, Rosa tiene un plan claro: comprar un carrito para vender fresas con crema en su comunidad. Este paso es clave para consolidar su negocio, expandir su alcance y darlo a conocer en toda su comunidad. Rosa se visualiza en los próximos años como una emprendedora consolidada, apoyando a su familia y contribuyendo al crecimiento económico de su comunidad. Este es solo el inicio de un sueño que, con su esfuerzo y dedicación, está tomando forma y empezando a hacerse realidad.
«Con el capital semilla, planeo comprar un carrito para vender fresas con crema y dar a conocer mi negocio en toda mi comunidad. Este es solo el comienzo».
«Con el capital semilla, planeo comprar un carrito para vender fresas con crema y dar a conocer mi negocio en toda mi comunidad. Este es solo el comienzo».
Rosa
Confianza renovada para enfrentar obstáculos
Lo que Rosa más valora del proyecto es la confianza que ha ganado para enfrentar los obstáculos que se le presenten. Antes, se sentía limitada por las circunstancias; ahora, sabe que tiene el poder de transformar su vida y la de los demás. El proyecto ¡Emprendamos Ya! le brindó las herramientas necesarias para iniciar su negocio y vender de acuerdo con su realidad, lo que le permitió tomar el control de su futuro.
«Este proyecto me dio la confianza para seguir adelante. Ahora sé que puedo ser una gran emprendedora y ayudar a los demás a hacer lo mismo. No hay obstáculos que no pueda superar», asegura Rosa con una convicción renovada.

Un ejemplo para más jóvenes
Rosa ha comenzado a ser un referente de esperanza para más jóvenes de su comunidad, quienes, como ella, enfrentan la falta de oportunidades. Su historia demuestra que, con el apoyo adecuado, los sueños pueden empezar a hacerse realidad. Aunque aún tiene mucho camino por recorrer, ha comprendido que emprender no solo es una forma de generar empleo, sino también de apoyar económicamente su educación y su futuro.
«Les diría a otros adolescentes que no se queden atrás, que sigan adelante con sus proyectos y sueños, porque el esfuerzo siempre da frutos.»
Aunque el camino no ha sido fácil ni rápido, Rosa nos recuerda que, a pesar de las dificultades, son nuestras decisiones y acciones las que definen el futuro. Con su emprendimiento, ella ha encontrado una vía para generar ingresos, avanzar en sus estudios y, lo más importante, transformar su vida y la de su comunidad.
Sobre el proyecto
El proyecto ¡Emprendamos Ya! Fase 2 tiene como objetivo mejorar el acceso de jóvenes, especialmente mujeres entre 15 y 24 años, a oportunidades económicas dignas en San Juan Bautista y Nauta, Loreto, Perú. A través de capacitaciones en habilidades técnicas, digitales y para la vida, apoyo en emprendimiento, creación de grupos de ahorro, capital semilla, y sensibilización para fortalecer el empoderamiento económico juvenil.